Mal parida

La Avenida 66, vinculada a la desgracia

Falta de obras y conductores negligentes, un cóctel explosivo.
Falta de obras y conductores negligentes, un cóctel explosivo.

La Avenida 66 fue inaugurada por la gestión del intendente Enrique Slezack acompañado por el entonces gobernador bonaerense, Felipe Solá, el 27 de diciembre del 2006, posteriormente denominada Juan Domingo Perón, quedando abierta la circulación desde la avenida Montevideo hasta la  122.

En aquel momento, Slezack afirmaba que “culminada esta obra, se espera continuar con otras como el ensanche de avenida 122 de 80 a 96, la mejora de la calle Nueva York, los planes de viviendas y la construcción de la Escuela Agropecuaria”.

Pasaron once años y no solo no se culminó con las tareas de iluminación, ya que desde la avenida Montevideo hasta la bajada de la calle 30 jamás se realizó el tendido eléctrico ni se colocaron los postes, sino que tampoco se absorbió el mantenimiento de la arteria.

Es por ello que en la actualidad uno de los principales accesos y egresos a nuestra ciudad se encuentra inconcluso y con el asfalto deteriorado, lo que aumenta -aún más- la probabilidad de siniestros viales.

Varios vecinos se comunicaron a la redacción de BerissoCiudad por la imprudencia de los automovilistas y motociclistas que circular a diario por allí. “No alcanzó con el gran accidente donde perdieron la vida un papá y su hijo el pasado 28 de diciembre, que las maniobras son permanentes y ponen en riesgo a todos”, alertó un vecino.

Carlos, un frentista de la zona, no dudó en calificarla como “la calle de la desgracia”, fundamentando con que en el arranque de esta obra, un exfuncionario de Slezack le dio una puñalada a un vecino en el marco de una discusión, y éste moriría horas después en el nosocomio local víctima de las graves heridas.

Como también la infinidad de accidentes que se ha producido desde antes de su inauguración hasta la fecha, con saldo de muertes y lesiones severas, en una arteria que se caracteriza por no tener margen en el caso de sufrir un desperfecto técnico.

Hasta el momento, la gestión de Jorge Nedela se dedicó a pegar carteles sobre las columnas que indican “Despacio”, y ha prometido la realización del nuevo puente de la bajada de la calle 30, aunque los controles no son frecuentes y es normal ver a diario motociclistas sin casco, y automovilistas que no respetan la velocidad máxima (60).

Nada ha cambiado aún, ni el rol del Estado ni el comportamiento de los ciudadanos que a pesar de los hechos que han consternado a la ciudad circular con gran imprudencia.

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