Un 18 de mayo de 2009  Villa San Carlos se consagraba campeón del Torneo de Primera C, igualando 1 a 1 frente a su clásico rival.

El partido inolvidable para los berissenses fue en la cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata, donde 14 mil almas celestes se hicieron presentes. El grito sagrado de gol fue de Rodrigo Salinas y se desparramó por todo Berisso, momento que quedó en la memoria de cada uno de los que rodean al mundo de Villa San Carlos.

Si hay algo que el pueblo villero recordará, es aquel 18 de mayo, cuando la pasión llegó a su estado límite, logrando lo que parecía imposible y no estamos hablando del ascenso a la B Metropolitana por primera vez en su historia, que por el buen juego y el equipo sólido que tenía, se veía venir. El condimento especial fue el que empezó a rondar por los pensamientos fechas antes de consagrarse.

“¿Che, mirá si damos la vuelta en el clásico?”, era la inquietud que más se escuchaba por esos tiempos y si bien muchos eran escépticos a que sea una realidad, los números decían que era totalmente posible. Ni el más optimista pensaba que se iba a dar que finalmente Villa San Carlos ascendiera frente a Defensores de Cambaceres.

Faltando pocas fechas para finalizar el torneo, el equipo Villero visitó a San Miguel, en la siempre difícil cancha de Los Polvorines, donde logró un triunfo por 3-0 y se fue aplaudido por todo el público local, cosas que en el fútbol no es muy común, mucho menos en el ascenso. Fue ese día cuando se empezó a hacer realidad el sueño celeste.

Llegó ese 18 de mayo y miles de personas transitaron la Avenida 60 camino al Bosque, una marea celeste que invadió ilusionada la cancha del Lobo, un recibimiento del equipo a la altura de los equipos de Primera A y los nervios empezaron a jugar su papel en cada uno de los presentes.

En la vereda de enfrente un puñado de hinchas del conjunto de Ensenada, con la ilusión de arruinar la fiesta, los villeros también sabían que existía esa alternativa y si bien la villa iba a ser campeón por más que perdiera ese encuentro, la gente de Berisso no lo quería ni imaginar, ya que solo necesitaba un empate.

Llegaron las emociones, a los 12 minutos de iniciado el partido Rodrigo Salinas convierte el gol que será gritado en la eternidad por los hinchas Celestes y 15 minutos más tarde Miguel López ponía el 1-1 que igualaba para Cambaceres,

De ahí hasta el final, la mirada estaba puesta en Fernando Velarde, el árbitro del encuentro, haciendo fuerza desde las tribunas y esperando el tan ansiado pitazo final. Que llegó a los 47 minutos del complemento y explotó el grito Villero de “dale campeón”.

San Carlos había ascendido a la B Metropolitana y frente a su clásico rival, una interminable caravana se dirigió a Berisso para inundar la Montevideo de camisetas villeras, los jugadores y el cuerpo técnico en la autobomba y la marcha interminable hasta la sede de calle 25.

Momentos que el hincha de Villa San Carlos jamás olvidará y al que llama “la vuelta en la cara”.