Fuente: El Día

Villa San Carlos (35), en una actuación poco convincente, se quedó con las ganas de convertirse en uno de los líderes del campeonato, al menos hasta que jueguen Deportivo Armenio (38) y Dock Sud (38), al perder ayer ante Luján por 2-1, en el estadio Municipal, en uno partido de tono discreto, y en donde el Celeste dejó pasar una gran oportunidad de reafirmar su exitoso presente futbolístico.

A San Carlos le costó acomodarse en el terreno de juego, durante la primera mitad. Porque Luján se apoderó de la pelota rápidamente, en virtud al trabajo de los volantes, y porque supo distribuirla con criterio.

El cuadro de Berisso, en cambio, con algunas dificultades para imponer su libreto, estuvo impreciso y errático en la corta distancia, aunque paradójicamente, fue el que generó más peligro que los de la Basílica. Sobre todo, en los pies de Martín Ávalos, quien tuvo el gol en dos ocasiones, pero falló en la definición.

Luján, que arrastra nueve partidos sin derrotas de local, fue más práctico. Manejó mejor la pelota y la entregó con precisión. Sin embargo, y cuando San Carlos había apostado al ataque, una contra letal del dueño de casa terminó con el gol de Jonathan Duche.

El Celeste sintió el impacto, porque en vez de salir a buscar el empate se abroqueló atrás buscando salir de contra para poder lastimar.

El ingreso de Alejandro Lugones en el comienzo de la segunda etapa le dio mayor movilidad al ataque, y su producción fue clave porque se convirtió en un fuerte dolor de cabeza para la defensa Lujanera, y porque además, encontró los espacios para lastimar.

Cuando mejor se había acomodado el Celeste, apareció el empate, precisamente, en los pies de Lugones.

Después, el equipo reguló las energías. Intentó por momentos quebrar el empate, aunque la idea fue controlar las acciones, buscando que Luján no se acercara a Nicolás Tauber.

Todo parecía controlado. Pero en el fútbol, nada se termina hasta que se escuche el pitazo final. Faltando tres minutos, un bombazo de Alan Seguel dejó sin chances al arquero Tauber (le quebraron un invicto de 443 minutos) y al Celeste, que se había aferrado a un empate que le convenía.