Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura

El comienzo del último mes del año llegó con números preocupantes para el gobierno bonaerense, no sólo porque el índice de desocupación que mide la encuentras permanente de hogares demostró un severo deterioro del empleo sobre todo en el conurbano, sino porque comenzaron a aparecer los contrastes entre las posibilidades de la administración nacional frente a las limitaciones de la provincia.

Por eso como adelantamos la semana pasada, mientras se diluye la campaña publicitaria que anuncia la llegada de las obras, los esfuerzos del gobierno están puestos en un nuevo esquema de contención política y captación de intendentes de espacios opositores, aplicando la regla de oro de no entregar más de la cuenta a los propios, justamente porque son "propios", y garantizando un "salvavidas" para aquellos opositores que hagan correctamente los deberes.

En este sentido en las últimas horas sorprendió el rumor de que Francisco Echarren, el joven intendente de Castelli podría sumarse al gabinete de María Eugenia Vidal como responsable de una agencia provincial de tierras, lo que le permitiría el flujo de fondos que necesita para que colapsen las cuentas de su distrito.

El jefe comunal forma parte de "Los Oktubres", un grupo sub 40 de intendentes ultra cristinistas, que integran entre otros Patricio Mussi de Berazategui, Juan de Jesús de La Costa y Francisco Durañona de San Antonio de Areco. La mayoría de los que forman este grupo han destacado alguna virtud de la gobernadora y en varias oportunidades han admitido que entre la gobernadora y Mauricio Macri existen diferencias "enormes".

Si bien la noticia desapareció de los portales locales de Castelli y en el entorno de Echarren mantienen silencio de radio sobre el tema, está claro que se trata de una muestra de una vuelta a las políticas de presión a través de la billetera que tanto denunció el ahora oficialismo durante la gestión de Daniel Scioli.

La diferencia es que aun consiguiendo que la legislatura apruebe la pauta de endeudamiento millonario que requiere el oficialismo, no está garantizado el flujo de fondos que permitan avanzar con el plan de obra pública y oxigenar económicamente a los distritos.

Y no hay tampoco un plan de ayuda de emergencia del gobierno nacional, porque a esta altura no existe ninguna certeza de que el reclamo por el fondo del conurbano o el definitivo sobre la coparticipación puedan continuar ante el fracaso de todos los intentos de obtener financiamiento por inversiones directas, endeudamiento, préstamos o blanqueo de capitales.

El equipo económico bonaerense está empezando a entender que en estas condiciones gobernar la provincia se trata más bien de administrar la escases, o peor aún de hacer equilibrio mientras se atraviesa una crisis permanente.

Aunque no las veamos

El plan de obra pública "más ambicioso" de los últimos 30 años, sigue siendo el principal error de comunicación del equipo de gobierno.  La propia mandataria debió dibujar una sonrisa y pretender que las obras "no se ven pero se sienten en el corazón", para mantener el mito de la inversión y las soluciones mágicas ante una realidad que le es completamente adversa en materia económica.

Por otro lado la protesta social empieza a ganar la calle, aunque por el momento es tan invisible como la obra pública, en este caso por el blindaje mediático que recibe la ex vicejefa de gobierno porteño. Pero aún así el enojo de algunos sectores se hace notar cada vez con más fuerza.

Sin ir más lejos esta semana durante el cierre de un encuentro de estudiantes en Chapadmalal, Vidal debió abandonar el salón auditorio del hotel en dónde ser realizaba la actividad por el ingreso intempestivo de un grupo de jóvenes al grito de “María Eugenia la concha de tu madre, porque no te dan cuenta que no te quiere nadie”.

CFK candidata ¿En qué provincia?

El escenario del peronismo de cara al 2017 empieza a encontrar niveles de acuerdo y certeza a pesar de que los propios protagonistas no quieran admitirlo y el lugar de Cristina Fernández de Kirchner no sería una boleta de candidatos bonaerenses.

Los rumores internos en los diferentes espacios que supieron reportar al Frente para la Victoria descuentas que la ex mandataria será candidata el año que viene, pero suena cada vez con más fuerza la hipótesis de que compita por la provincia de Santa Cruz para despejar el territorio bonaerense para una interna ordenadora del peronismo.

El objetivo es habilitar dos espacios internos, uno del peronismo no k con Florencio Randazzo al cabeza, acompañado por Julian Dominguez y los intendentes del Grupo Esmeralda, y en frente una lista del cristinismo que sorpresivamente podría encabezar Daniel Scioli con el apoyo de sus otrora ultraenemigos, como el Nuevo Encuentro de Martín Sabattella o el Miles de Luis Delia.

Una interna con ese nivel de competencia interna dejaría muy atrás las chances del Frente Renovador de Sergio Massa, espacio del que empiezan a dudar incluso sus propios fundadores.

En ese sentido son cada vez más los dirigentes que admiten en off que no hay estructura y el acuerdo es mantener el sello pero a fuerza del compromiso individual de cada uno con las ideas rectoras del espacio.