Como si fuera el fragmento de una telenovela donde los dramas y los problemas serios son solo ficción, impactando los reclamos familiares y amorosos, el jefe comunal Jorge Nedela fue retado como una madre a su hijo por el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo.

Pareciera que la infinidad de hechos de inseguridad de la provincia de Buenos Aires estarían bajo control para Ritondo, o por lo menos no le ocupan demasiado tiempo, ya que los chusmeríos de barrio son su pasión.

El capítulo comenzó semanas atrás, cuando un grupo de vecinos tomó terrenos de la zona de Villa Argüello, y mientras esto pasaba, jamás hubo un intento de evitarlo por parte del titular de la Comisaría Cuarta, y mucho menos del jefe distrital, ambos oriundos de Quilmes, puestos a dedo sin intervención del intendente local.

Una vez concretada la toma, el secretario de Seguridad de la Municipalidad de Berisso, Adrián Velázquez, se “animó” a exigirles a los agentes policiales de alto rango que cumplan con su deber, tratando de llegar a un acuerdo con los vecinos y evitando inconvenientes.

Los quilmeños –según contaron- indignados por las órdenes del funcionario de seguridad de Nedela se comunicaron inmediatamente con su real jefe que según trascendió se apellida Grasso y es quien tiene línea directa con el descansado Ritondo.

No tardó ni 48 horas en llegar el llamado del ministro de Seguridad provincial al jefe comunal Jorge Nedela que atendió ansioso pensando que le anunciaría la llegada de chalecos de seguridad, o el sistema de comunicaciones para los patrulleros.

Pero no, el llamado fue un reto ya que  le exigió al jefe comunal que deje de “presionar a los comisarios” y le “baje los humos a Velázquez”, convirtiéndose en un hecho casi inédito en la historia de la seguridad en nuestra provincia.

Mientras tanto, cientos de vecinos esperan ansiosos una mayor intervención por parte del jefe comunal, frente a hechos de inseguridad que se dan a diario en nuestra ciudad, cobrándose vidas.