El portal de noticias BerissoCiudad dialogó con vecinos de 24 y 173 del barrio Villa San Carlos quienes expresaron la incomodidad y la sensación de abandono con la que conviven día a día tras la presencia de un inmenso bache justo en la esquina. 

De grandes dimensiones, pronunciada profundidad, acumulando agua, sin señalización y, fundamentalmente sin respuestas, fueron algunos de los detalles emitidos por los frentistas indignados y preocupados. 

La calle se empezó a romper hace unos meses atrás y con el inicio del verano y los intensos calores estalló el asfalto, relatan los vecinos, que aclaran que cuando pasan vehículos de alto porte los pedazos de calle se levantan.

Respecto a los reclamos realizados, una de las frentistas aseguró que “hicimos nosotros los reclamos pero también lo hicieron un montón de vecinos porque el pozo si no lo ves de noche puedo ocurrir cualquier tipo de accidente porque es un pozo muy grande, tocan los autos abajo”.

En este marco, la circulación se hace dificultosa, si bien es una calle cercana al monte hay un nivel de tránsito considerable. Sin ir más lejos, el jueves pasado un joven en moto no se percató del cráter, pasó sin precaución y cayó.

Por otro lado, las categorías inferiores del club Villa San Carlos realizan sus entrenamientos en la zona y el paso por 24 y 173 para las familias es obligatorio.

“Hay mucho tráfico y se complica, si uno quiere doblar, uno viene de un lado y el otro de otro, está feo el pozo, es muy feo”, precisó la vecina recalcando que este es el comentario y el problema del barrio, por lo que los vecinos hicieron pedidos a la Municipalidad en varias oportunidades.

“Se levantó el cemento y abajo está todo un agujero que el agua y la lluvia fue lavando todo lo que estaba abajo”, agregó a la descripción del estado de la calle, ya que además del pozo la esquina en sí misma no está en buenas condiciones.

Finalmente, la mujer reseñó con pesar: “hubo innumerables reclamos, porque desde hace meses que venimos reclamando para el arreglo y esto sería lo básico. Es nuestro barrio, donde vivimos siempre y hoy es un asco, además de que se puede matar cualquiera. Que estemos más cerca del monte no significa que nos tengan que dejar así abandonados”.