Apuntan contra la empresa Tabera

Cambiaron el cuerpo de su abuela en pleno servicio fúnebre: “Estafaron a todos los familiares”

¿Negligencia o avivada?
¿Negligencia o avivada?

En plena pandemia, los casos insólitos siguen estando a la orden del día y, lejos de parecer una mala ficción, las despedidas de nuestros seres queridos pueden ser por demás complejas.

Un ejemplo de ello sucedió en la ciudad de Ensenada el pasado domingo 16 de agosto, tras el fallecimiento de una mujer, Francisca Yolanda Nievas, quien se encontraba internada en el Hospital Cestino producto de una neumonía bilateral, y fue despedida por sus familiares en la casa Taberna, ubicada en Avenida Bossinga y Brasil.

En diálogo con BerissoCiudad, Carolina, nieta de la mujer fallecida, relató lo sucedido. En este sentido, mencionó que en principio a la mujer le hicieron un hisopado, “pero al no tener el resultado antes de morir a nosotros nos entregaron el cuerpo como sospechosa de COVID-19, envuelto en tres bolsas negras y dos blancas”.

Posteriormente y para hacer el velatorio se contrataron los servicios de Tabera, “y por protocolo la empresa nos permitió entrar sólo diez minutos; o sea velatorio sin permanencia en el lugar”.

Alrededor de las 19 horas otra familia llegó hasta la casa fúnebre “diciendo que tenía a su mamá muerta en la habitación, que estaba con la policía y que quería contratar los servicios. Pero en ese momento no le dimos relevancia porque estábamos con nuestro problema”.

Francisca era pastora evangélica, “y ella nos pidió que el día que se muera hagamos cartitas con frases de la Biblia y que no estemos tristes; algo que por supuesto hicimos todos”.

A las 21.30 horas llegó otra de sus nietas y vio el local cerrado, “pero minutos después la atendió una chica diciéndole que no esperaban más visitas y cuando mi hermana intenta dejarle las cartas ve a una persona cambiada con ropa normal, con un buzo azul, con pelo blanco y manos delgadas de costado. Algo que le pareció raro porque se acordó que la abuela estaba en bolsas”.

Al día siguiente, previo al entierro, “mi hermana les preguntó a los del servicio por qué la habían cambiado; y fue entonces cuando pedimos que se abra el cajón y nos enteramos” del cambio.

Lo cierto “fue que Tabera cobró dos servicios, cuando en realidad no se puede hacer por una cuestión de espacio”, recalcó Carolina y advirtió que la empresa “y estafó a todos los familiares porque en realidad la mitad terminó despidiendo a otra persona”.

“Ellos lucran con la gente, nos quisieron sobornar, cuando lo único que nosotros les pedimos fue que reconozcan públicamente el error. Y ahora estamos viendo, a través de los medios nacionales, a los albañiles que están trabajando para habilitar otra sala de sepelio; pero lo hacen para cubrirse”, señaló ofuscada por tanta imprudencia.

“Nosotros lo único que queríamos era que nos pidan disculpas, porque un hecho así no puede pasarse por alto”, concluyó la familiar a la espera de una respuesta en medio de tanto dolor.

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