Solicitada

Día de la Lealtad, la mayor epopeya política de la Argentina moderna


Se cumplen 69 años de la mayor epopeya política de la Argentina moderna. Aquel 17 de octubre de 1945 definió claramente dos posiciones antagónicas que aún hoy seguimos enfrentando con distintos nombres y métodos: una la argentina de la globalización en función de los intereses de los grandes capitales del mundo y la otra con el mismo nombre “peronismo” y la misma consigna de la Argentina grande, libre, justa y soberana.

Rendimos así tributo a los legendarios trabajadores héroes anónimos del 17 de octubre que trajeron un mensaje de esperanza y reconocieron en la figura del Coronel Perón el camino de la justicia.

Por lo contrario estaban los liberales, los comunistas, los socialistas, los conservadores, los radicales, los ultra católicos, ciertos nacionalistas reaccionarios, los terratenientes, los empresarios, los industriales que coincidían con el embajador estadounidense. Por lo tanto el alto mando de las Fuerzas Armadas deseoso de agradar a Washington y al Embajador deciden arrestar al Coronel Perón y destituirlo de sus cargos.

La  noche del 12 de octubre Perón es detenido y enviado a la isla Martín García.   Oficialmente se informa que la finalidad es “preservar su seguridad ante la posibilidad de un atentado”. 

En la tarde del sábado 13, el diario sensacionalista Crítica anuncia la detención bajo un rencoroso titular en el que ni siquiera lo nombra: “Ya no constituye un peligro para el país”.

Los trabajadores comienzan a reunirse y a gestar la huelga que la CGT nunca llegó a concretar. En Berisso  junto al Cipriano Reyes secretario del Sindicato Autónomo de la Carne hacían reuniones y se auto convocaban al compás de los bombos de los Artilleros una murga que integraban trabajadores como Juan Clidas que nos dejó hace unos días y que aún conservaba el bombo que le había renovado Evita porque en la huelga de los ferroviarios se lo habían roto.

El las primera horas de la mañana del día 17 hombres y mujeres trabajadores de los frigoríficos de Berisso y Ensenada comienzan a formar grupos para marchar a pie a Buenos Aires, como así también trabajadores de las fábricas de Avellaneda, Lanús y Quilmes. Llevaban Banderas Argentinas y retratos de Perón. Los trenes no funcionaban, los empleados ferroviarios acataron la huelga

Paralelamente, columnas de hombres y mujeres provenientes de barrios populares atravesaron Buenos Aires rumbo a la Plaza de Mayo. Venían de La Boca, Nueva Pompeya, Parque Patricios, La Paternal, Devoto, Villa Urquiza, Lugano, Liniers, Flores. Confluían con gente humilde que llega de  Zona Oeste del Gran Buenos Aires, Merlo, Moreno y Morón. Por diferentes accesos, arribaban trabajadores de Zárate y Campana.  

Algunos manifestantes comenzaron a gritar: “¡Aquí están, éstos son, los muchachos de Perón!”. Otros, agotados por la larga caminata y el calor, se quitaron los zapatos y sumergieron los doloridos pies en las fuentes de agua.

Los trabajadores de todo el país se unieron a la huelga por el reclamo de la libertad del Coronel Perón. Ese día hubo un vuelco en la política argentina, la clase trabajadora irrumpió por primera vez, en las cuestiones de poder. Vinieron a la Plaza de Mayo con sus necesidades y sus sueños, sus cantos y sus bombos para defender la Justicia Social y rescatar al líder porque identificaban su suerte con la de él.

A la noche, desde el balcón de la Casa de Gobierno Perón habló a sus trabajadores, prometió conducir al pueblo a la victoria y construir una Nación Libre, Justa y Soberana.

Por el bienestar de la Patria, traducido en el bienestar de los trabajadores en sus múltiples actividades, nuestro compromiso y nuestro eterno reconocimiento y respeto al pueblo trabajador de Berisso que hizo el glorioso 17 de octubre. 


Beatriz Teté Grasso

Unidad Básica Arturo Jauretche


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