BERISSO, Enero 22.-(BerissoCiudad.com.ar) Las actividades náuticas, se sabe, son furor. En los puertos deportivos de la Región escasean las amarras por la alta demanda de gente que sale a navegar y el kitesurf transformó de un tiempo a esta parte la postal de las playas de Punta Lara. Pero también gana en adeptos el canotaje y el kayak, que ofrecen el placer de navegar sin mucho esfuerzo físico ni alta producción de adrenalina. Con gente en lista de espera para participar de los cursos gratuitos de remo, la práctica atrapa a decenas de vecinos de todas las edades, incluidos jubilados.
Me lo recomendó el médico -recuerda- y desde hace dos años me dedico al remo
En el pequeño embarcadero del Centro de Educación Física -CEF- 67, en 12 y 169 de Berisso, se suman a la cita jóvenes estudiantes, trabajadores de las más diversas actividades, profesionales de distintas ramas y adultos mayores. Todos persiguen un objetivo en común: realizar una práctica deportiva al tiempo que disfrutan del relax del río y se conectan con otras personas. "Hay gente que hace tiempo que asiste y otra que empieza todos los días, pero los grupos terminan apuntando a lo recreativo y a lo social, porque esto no es competitivo", remarca uno de los "profe" que encabeza el proyecto, Darío Almeira.
El CEF berissense dispone de 35 asientos por clase -entre canoas y kayaks-, y en este enero todo está cubierto en los cursos que se dictan los lunes y miércoles y los martes y jueves, a las 17.30, cuando el sol comienza a aflojar y el río, que suele estar calmo a partir de esa hora, invita al paseo. "En los meses de verano la demanda desborda; hay gente que quiere integrarse pero la tenemos en lista de espera. Este es un deporte que lo puede practicar cualquiera, incluso aquellos que no hacen nada con lo físico", explica el otro profesor de educación física que está a cargo de la propuesta y organiza las salidas, José Luis Rivadeneira.
Juan Sanpedro representa uno de los casos mencionados por Rivadeneira. Jubilado, 66 años, un problema en un hombro lo llevó a la consulta de un profesional. "Me lo recomendó el médico -recuerda- y desde hace dos años me dedico al remo. Me gusta mucho el grupo, la gente, y trato de venir cada vez que puedo". Con otra edad pero con el mismo entusiasmo Daniel Espíndola, de 21 años, ya lleva siete años en el CEF 67, y a esta altura, no sólo sale en canoa con otros o en kayak solo sino que además ayuda a los "profes" con alguna clase. El joven encontró la combinación perfecta: "me encantan los deportes y el río", comenta.
Y es que la actividad no requiere de ninguna aptitud especial; no se necesita tener ni fuerza extrema ni ser muy intrépido para lanzarse al remo por los canales de la costa berissense. Las clases comienzan con el aprendizaje en el manejo de la pala y de las técnicas para avanzar, doblar y subir y bajarse de la embarcación. Luego se sale a navegar en grupo. Promediando el viaje se hace una parada en la que se comparte mate y torta o facturas, en medio del río y de un paisaje que rompe con la monotonía de lo urbano. Cada curso concluye con una travesía nocturna y en esa instancia es donde todos ponen su máxima expectativa.
"Lo hago todo el año porque es muy placentero. Acá se mezcla la aventura y el compañerismo, porque si alguno se cae todo el grupo sale al rescate", aporta Estela Iroz (55), ya con varias travesías en su haber, incluida una que definió como "apasionante", de 60 kilómetros.
La seguridad está garantizada, aclaró el regente del CEF, Alejandro Mariscotti. "Todos salen con chaleco salvavidas, dos profesores de educación física y un guardavidas, Juan Ondino. Y además acá se les provee el equipamiento completo a los alumnos: embarcación y palas. Hay una larga trayectoria, porque desde 1988 el Centro enseña canotaje", señaló.(Fuente: EL DIA)