Cansada de no ser escuchada, Vanesa, una vecina de nuestra ciudad, decidió manifestarse públicamente para visibilizar la problemática que vive a diario a causa de una jauría.

En diálogo con este medio, comentó que hace unos meses le prestaron un terreno en 174 entre 80 y 81 para llevar a sus ovejas. Un lugar alambrado al que sólo le falta un sector de vallado por donde ingresa a los animales.

"Cada tanto me asomo y las miro, pero el otro día no vi nada y cuando estábamos almorzando un vecino llegó corriendo para avisarnos que los perros nos habían agarrado la oveja", relató llorando, porque cuando llegó observó que la misma estaba lastimada con la pata de atrás desgarrada por las mordeduras.

Posteriormente la refugió en su vivienda donde le dio agua, maíz, la curó y tapó con una sábana. Además, llamó a todas las veterinarias que estaban a su alcance "pero ninguna la quiso tratar".

Finalmente, el animal murió en el regazo de su dueña, quien lamenta la pérdida pero más aún la no reacción del responsable de los perros que "siguen atacando y matando a otros animales".