Hablemos de autismo

Juan Zemborain: "Encontramos la receta de la felicidad y la queremos compartir"

Experiencia de vida.
Experiencia de vida.

En tiempos de aislamiento social, la familia juega un rol crucial. Hay historias de vida que son dignas de difundir. Un ejemplo de ellas es la de Juan Zemborain, padre de Santiago, un joven con autismo a quien la vida lo sorprendió no sólo con el buen pasar, sino también la repercusión de sus logros a través de los medios.

En entrevista con BerissoCiudad, y bajo su humilde caracterización de padre, Juan nos contó su historia y anécdotas, compartiendo sus experiencias y expectativas a futuro.

Ya con una hija mujer, las expectativas de ser padre de un varón estaban a flor de piel. Pero lo cierto fue que “la llegada de Santi cambió todos los planes, porque durante los primeros diez meses vivíamos con un bebé inconsolable, al cual durante ese período no recibió ningún tipo de estímulo porque pensábamos que lo primordial era no molestarlo”.

A partir de allí, lo llevaron a otro pediatra que advirtió su hipotonía muscular, se lo medicó para el hipotiroidismo, y comenzaron con la estimulación temprana, que afortunadamente dio buenos resultados.

“Santiago tenía una batería de expertos que lo abordaban en un montón de temas a los que las obras sociales cubrían, pero cuando quisimos meter la parte del deporte no sucedió lo mismo en algo que es fundamental para todo ser humano”, explicó su padre, remarcado que “en un principio no sabíamos si él iba a a caminar y terminó pedaleando, cada vez más, fortificado su parte motriz”.

Si bien de dicho se largó solo en la bicicleta había un pequeño detalle que salvar, “que no podía frenar”. Fue allí que surgió la idea del Tándem, una bicicleta de a dos “lo que nos cambió la vida porque no nos teníamos que preocupar por otras cuestiones más que disfrutar, poniendo lo máximo de cada uno”.

Gracias al incentivo de parte de familiares y amigos, Juan se animó a compartir su página “Empujando límites”, donde muestra sus viajes y recorrido junto a su hijo, en bicicleta.

“Somos un equipo y compartimos nuestras experiencias para dar ideas y entusiasmar a los padres que no saben qué hacer con sus hijos, más allá del autismo”, expresó.

Metidos en el mundo del cicloturismo, que los llevó a tener conexiones con gente de todas partes del mundo, cómo lo fue el último encuentro de “Clicloturimos en casa” organizado por españoles, y “eso es inclusión, que te integren en un mundo que no está preparado para personas con discapacidad. Y para incluir a los chicos con autismo también hay incluir a las familias”.

Más allá del rol que debería tener el Estado a la hora de colaborar con este tema, “nosotros encontramos la receta de la felicidad y la queremos compartir y queremos que se generen mil historias como la nuestra. Y a través de la Asociación que en poco tiempo estará vigente, podremos difundir el trabajo que está abierto a compartir y a quebrar la idea de que la sociedad no incluye”.

Como mensaje final, Juan reflexionó: “no podemos esperar a que cambie el mundo para ser felices, y saber que la felicidad está en el camino que recorremos para alcanzar las metas. Hay que empezar ahora”.

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