La palabra de Germán Sheridan

Juez de faltas local duda de la viabilidad del proyecto de alcohol cero

Hoy por hoy, el máximo permitido es 0,5.
Hoy por hoy, el máximo permitido es 0,5.

Este jueves por la mañana, el magistrado del Juzgado de Faltas N° 2, Germán Sheridan, brindó detalles sobre las multas y proyectos a aplicarse en la ciudad.

Sobre el inicio de la nota, dijo que todo lo vinculado a las multas de tránsito, tanto secuestro como alcoholemia, tuvo un incremento importante y, si bien no se cuenta con una estadística muy amplia porque su equipo arrancó en el 2019, “el incremento en alcoholemia es notable que no sé si de debe a una conducta que haya empeorado desde la población o a los controles”.

Lo cierto es que “en este momento tenemos setenta licencias retenidas, cumpliendo sanción e inhabilitadas para conducir”.

Previo a esta instancia, indicó que quien labra el acta es personal municipal o de la policía, los cuales retienen en ese momento la licencia cuando es por alcoholemia y eleva un acta al juzgado, junto a un ticket.

Posteriormente se da lugar al descargo pero, en el caso particular de la alcoholemia, “la ley establece una carga de sanciones que no necesariamente son la opinión del juez”.

Siendo 0.5 el máximo permitido para conducción de automóviles, la inhabilitación es de seis meses a parte de la multa, de 1 a 1.5 un año y, arriba de ese porcentaje 18 meses.

Respecto a la posibilidad de implementar el proyecto de Alcoholemia Cero en el distrito, manifestó ciertas dudas ya que “como regla general el alcohol en sangre baja 0.1 por hora, o sea de un 0.5 a un 0 necesitaríamos cinco horas para llegar a 0. Entonces, en un asado donde quizás se ingiera más a lo mejor estamos hablando de diez horas”.

Por eso, más allá de entender el objetivo que es la prevención “a lo mejor terminamos con el “90 por ciento de la población dando positivo un domingo a la mañana”.

En cuando a la demagogia, sostuvo que “a veces es fácil imaginarse un mundo ideal con lo normativo y después nos encontramos con esta rigidez y de aplicarse a toda la población el proyecto de alcohol cero sería inviable”.

“Tenemos una epidemia de accidentes de tránsito, pero ¿el excesivo rigor nos va a resolver eso?”, interrogó, para luego aclarar: “No es mi función crear normas sino aplicarlas”.

Por otro lado, señaló que la mayor cantidad de infracciones se dan por mal estacionamiento “y en esto la Montevideo se lleva la mitad de ellas”.

A ello le sigue la falta de casco, de licencias sobre todo en jóvenes menores de 20, los seguros, caños de escape. Además, confirmó que en lo que va del año unos 180 vehículos quedaron en depósito porque los dueños aún no pudieron acreditar la titularidad para retirar.

Con el fin de hacer más ameno el funcionamiento de la oficina, comentó que luego de la pandemia se puso a disposición un WhatsApp para pedir boletas y otros trámites que son viables por este medio.

Pasado la instancia de restricción de los dos últimos años “la gente viene con mejor predisposición y realmente no hay mayores quejas”.

En el caso de las fotomultas, aclaró que eso será una decisión del Ejecutivo que ya vienen avanzando sobre el tema. “Mi recomendación después de haber visto unas mil quinientas infracciones porque la cámara está vigente en 122 y 60, no emitiendo infracciones pero sí en un momento de prueba, es que cuando el semáforo está en amarillo hay que frenar”, acotó, sumado a la próxima llegada del scoring “cuyas infracciones serán muy graves porque podemos llegar a retiro de licencias”.

Un formato que ya es ley, pero aún no tiene la implementación en la Provincia “y ya no se va a resolver por el pago de la multa”.

En lo que refiere a los valores explicó que el sistema se rige por una unidad fija, o sea “el equivalente de lo que vale el litro de nafta súper en el ACA de diagonal 79. Algo que seguridad vial actualiza cada dos meses”.

Así las faltas graves como estacionar en un lugar prohibido, no tener VTV, entre otras superan los nueve mil pesos. Sin embargo, reconoció que a veces desde la Cámara de Diputados se emiten montos que “luego son imposibles de aplicar a la realidad”.

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