Ganaba por dos y el Pincha de Caseros lo revirtió

La Villa sufrió en Adrogué y pide a gritos por Berisso

Arrancó en ganador, había sacado dos goles de ventaja a los 20 minutos, pero volvió al descanso 2-3, porque Estudiantes contó con rebotes y puntería. Fue local en Adrogué
Arrancó en ganador, había sacado dos goles de ventaja a los 20 minutos, pero volvió al descanso 2-3, porque Estudiantes contó con rebotes y puntería. Fue local en Adrogué

BERISSO, Febrero 01.-(BerissoCiudad.com.ar) Una nube en la cabeza, con amenaza de seguir perdiendo, lo persigue al Villero. Ayer quiso correrse de esos resultados contreras (Colegiales, Almirante) pero el rival de turno (Estudiantes) aprovechó también los problemas defensivos del equipo de Berisso. Pero también se aprovechó de que la Villa ya extraña Berisso, que está cansado de recibir a equipos duros en Caseros, o como ayer, en Adrogué.

 

La derrota llegó con dolor, porque se trató de la tercera seguida. Fue 4 a 2. Y el desarrollo (en la primera media hora) lo tuvo como ganador, no por uno, sino por dos goles de diferencia.

 

Sí, por Campuzano y por Slezack, por esos goles que terminaron en abrazos de alegría y de esperanza. Pero, sabido es que, cuando uno está en pobre, la esperanza tiene poca duración.

 

La “presencia” en el medio había sido la clave, el dique contenedor. Además, Miranda aguantó lindo en la delantera y el Nacho Oroná aportaba más de lo esperado. El ex fútbol chileno, Cristian Campuzano, puso el 1-0 en el minuto trece. Se desató en un desborde por izquierda Oroná, que al mandar el centro atrás, encontró a Campuzano listo para “reventar” el arco.

 

Y a los veinte, un tiro libre para VSC, un indirecto, donde Fede Slezack (llevó la capitanía) agarró el toquecito y cambió por un “fierrazo” direccionado contra un palo y a rastrón. Era el 2-0.

 

Esto llevó a que el encuentro se torne más intenso, y Estudiantes de Caseros en el intento por todos los medios, empezó a obtener beneficios, lo que en el fútbol son goles. Y Villa San Carlos también le dio algunos. Entonces, a los 25’ Lillo descontó y a los 32’ empató. En este último caso, por medio de un penal, que sancionó bien el dubitativo árbitro Echenique (en una de las pocas decisiones correctas), cuando la pelota dio en la mano de Sommariva a la salida de un tiro libre.

 

Parecía que el capitulo inicial con cuatro goles bastaría, que así se irían al entretiempo. Pero no. Ligó Estudiantes, y el lamento se apoderó del Cele. Un rebote, una pierna que desvía la trayectoria y por ahí andaba Yassogna, para darle “pumba” y dejar perplejo a Volpe.

 

La bronca de los berissenses iba a crecer, aun antes del pitazo de Echenique, que ignoró un agarrón a Gonzalo Raverta. ¿No la vio, o no la quiso ver?, fue el comentario generalizado en la cancha de Brown de Adrogué.

 

Otra vez Campuzano pudo ser “hombre gol” cuando en el segundo tiempo, estando el partido 2-3 para el Pincha, metió un bolón bravísimo en el travesaño. Otra vez el desconsuelo, pero se siguió metiendo contra cualquier circunstancia.

 

La defensa improvisada (ayer tuvo a Berdún marcando la punta izquierda) se asentó mejor que en el primero.

 

Pero al rato, la pelota parada fue la solución a los sufrimientos para los Albinegros. Fue el cuarto gol, después de borbollón en el área, lo que dejó a Lillo otra vez solo para el pase a la red.

Tercera derrota en tres presentaciones. Once goles son muchos.

 

Y encima se viene Temperley, que está agrandadísimo, en la cancha del Gasolero.

 

¿Para cuándo está la cancha en Berisso?(Fuente: Diario HOY)

 

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