BERISSO, Julio 17 (www.BerissoCiudad.com.ar) Para la
columna especial concentrada en la Región Sanitaria XI, como cada jueves, BerissoCiudad en Radio (FM Difusión
98.1) invitó a una profesional, esta vez a Silvina
Lago, integrante del Programa Materno-Infantil, para que informara sobre
los procedimientos que las mamás deben tener en cuenta para evitar la muerte
súbita en los niños.
“La muerte súbita infantil,
ocurre de forma inesperada en un bebé aparentemente sano. Cuando se empieza a
investigar puede haber explicaciones o no. De haberlas, pueden ser afección
respiratoria, alguna causa genética o sofocación, aplastamiento involuntario,
si los bebés duermen con sus papás o algún hermanito”, comenzó.
Y añadió: “Cuando no se
encuentra alguna causa se lo llama Síndrome de Muerte Súbita Infantil (SMSI),
‘muerte blanca’ o ‘muerte en cuna’. Es una situación muy dramática y
desesperante para la familia que no encuentra explicación”.
“La muerte súbita infantil
generalmente ocurre en menores de seis meses de edad y tiene el mayor pico de
incidencia entre los dos y cuatro meses. En toda la Provincia, de unos años en
adelante, muchos chiquitos fallecían en los domicilios”, mencionó.
Luego, especificó que “si bien
la mortalidad infantil (menores de un año) la podemos dividir en neonatal
(menores de 28 días) y posneonatal (entre los 28 días y un año de edad) y viene
mejorando, cada vez mueren menos chicos; casi la mitad de los posneonatales (45
%) fallecen en el domicilio”.
“Por esta razón nos
propusimos, desde el Ministerio de Salud de Provincia y desde la región
investigar por qué estos chicos fallecían en sus casas. Y encontramos que
muchas veces eran causas prevenibles como el aplastamiento. El agotamiento, las
drogas, la depresión postparto, hacen que los papas se queden dormidos y no
controlen durante toda la noche al bebé”, amplió.
E indicó que “sin embargo,
hay otros casos, de aquellos chiquitos que después de haberse descartado
mediante la investigación de la escena, un exhaustivo análisis de la historia
clínica y una autopsia; si todo da bien, quedan encuadrados en lo que se llama
SMSI”.
Seguidamente, repasó ocho
medidas preventivas para que los padres tengan en cuenta: “La posición para
dormir del bebé debe ser boca arriba, porque de costado o boca abajo, aumenta
20 % el riesgo de tener una muerte súbita. Al estar boca abajo, los bebés,
sobre todo los más chiquitos, no tienen el desarrollo como para mover la cabeza
y se pueden asfixiar”.
“Al estar su cabecita contra
las sábanas inhalan el dióxido de carbono que exhalan y se crea una micro-atmósfera
perjudicial para el bebé. Muchas mamas tienen miedo de acostarlo boca arriba
porque dicen que si llega a vomitar se pueden ahogar pero no está comprobado,
es más, si el bebé vomita, mueve la cabeza hacia un costado y escupe”, explicó
la facultativa.
Tras mencionar que hay un
porcentaje muy bajo de bebés que por problemas respiratorios, de faringe o
craneales reales deben dormir de costado, hecho que el pediatra indicará, de
ser necesario, sostuvo que “a partir de los seis meses el bebé empieza a rolar,
a cambiar de posición. Cuando esto pasa, se lo puede dejar que adopte la
posición que quiera para dormir”.
Sumado a ello, afirmó que
“si bien los bebés se controlan todos los meses donde se les indican a las
mamás pautas de alarma, uno les va explicando la puericultura, el cómo
cuidarlos. Esta información está distribuida tanto en hospitales como en los
centros periféricos”.
Lago, sentenció: “Los bebés
deben dormir en su propia cuna, en la misma habitación que los papás hasta los
seis meses de vida. La cuna tiene que tener ciertas características: ser
firmes, un colchón que quede pegado a los barrotes de la cuna, entre los cuales
debe haber una distancia menor a 6,5 cm”.
“Se recomienda también, no
usar chichoneras (almohadilla que se coloca alrededor de la cuna para que el
bebé no se golpee con los barrotes), porque si el bebé se golpea no es tan
grave como que la mamá no pueda verlo desde su cama con claridad”, advirtió.
Además, informó que “tampoco
se aconseja que en la cuna haya juguetes o peluches, porque son un factor de
obstrucción de las vías respiratorias. La cama está para dormir, no para jugar.
Los piecitos del bebé deben estar tocando la cuna, debe estar tapado por una
mantita liviana y los brazos siempre deben estar por fuera de la manta”.
Finalmente, sobre el uso del chupete, la doctora señaló que “el constante chupeteo hace que el bebé se pueda despertar más fácilmente, por eso se recomienda que después del mes, cuando está tomando bien la teta, le pongamos el chupete a la hora de dormir para que tenga microdespertares”. (www.BerissoCiudad.com.ar)