Adrián Solari, María Solís,
Lila Fernández, María Coronel y el Pastor Paulo
Ferreira, comenzaron explicando que llueva poco o mucho, hay zonas que se
inundan igual.
“Van
pasando los días, después de la inundación y la situación no cambia. Diez días
después de la inundación del 2 de abril, todavía había agua, no se podía andar
por las calles sin usar botas”, dijo Ferreira.
Asimismo,
indicó que “se hicieron trabajos con aporte voluntario, después conseguimos
ayuda de la municipalidad par aponer los caños y completar un desagüe que los
vecinos ya habían hecho. Pero luego vino esta otra lluvia y hay casas con agua
y calles intransitables. Hay muchos chicos, gente grande y embarazadas enfermos
de asma”.
Sin
embargo, admitió que “la ayuda oficial no llega, se escucha en radio y
televisión pero no llega y no se tomaron medidas concretas para solucionar el
problema”.
A
continuación, María, una de las vecinas presentes, habló de su experiencia
particular: “mi casa se volvió a llenar de agua, lo poco que me quedó de la
otra inundación, con ésta lo perdí, no tuve tiempo de levantar nada. No había
alcanzado a recuperarme y ahora tengo agua nuevamente, que aún no se escurrió
de mi casa y el patio”.
Tras
exigir soluciones, contó que “nos prometieron que iban a venir pero no vino
nadie, no se acercaron ni siquiera los concejales, siendo que uno de ellos nos
prometió venir. Nadie se acercó en estos días para ayudar, únicamente el
pastor. Eso nos daba mucha impotencia, porque entre otras cosas, tenemos
vecinos diabéticos, celíacos y asmáticos”.
“Hubo
personas evacuadas, por ejemplo Mabel, que no pudo venir a la radio, me pidió
que contara que a las 2 de la mañana la llevaron al Gimnasio Municipal. Sus
hijos tiritaban de frío, no les dieron frazadas, ni colchones. Ella de bronca
se puso a discutir con una mujer por lo que luego le dieron algo de lo que
necesitaban”, relató.
Y
concluyó: “a las 7 de la mañana los levantaron y llevaron a todos a 26 y 157
como animales. Le dieron colchones y frazadas, pero ella todavía tiene agua en
la casa”.
Luego,
Adrián, otro de los vecinos presentes, tomó la palabra y relató: “a mi señora
la sacaron porque es asmática y usa insulina, nosotros todavía tenemos agua,
pero queremos aclarar una cosa: las donaciones llegan a otros barrios, pero nosotros
somos 60 familias que estamos olvidadas porque todo va a otros lugares”.
“Un
empleado de la Municipalidad, llamado Daniel,
nos prometió ayuda que nunca llegó. Acá tengo un papel del 17 de abril, firmado
por José Méndez, Ana Lara y Jorge Nedela (concejales de la UCR), donde dicen que se arreglarán
las calles de 25 a 27 y de 153 a 154, pero nunca se acercaron”, aseguró.
No
obstante, destacó que “nosotros recibimos ayuda del pastor y ayer de un grupo
de Scouts de iglesias evangélicas que vinieron desde Merlo, Morón y
Berazategui. Pero estamos con dos chicos internados por neumonía, en el
Hospital de Niños y a mi señora la voy a tener que llevar porque tiene un principio
de la misma enfermedad”.
“Agradecemos
todo lo que hacen por nosotros, pero nosotros necesitamos la ayuda de acá.
Porque cuando los políticos locales necesitaron votos, anduvieron todos por el
barrio pidiendo firmas”, acotó otra vecina.
Y
continuó indicando que “tenemos una vecina que tiene un hijo con discapacidades
y nadie la ayudó tras la inundación, salvo nosotros los vecinos que le
acercábamos las cosas. Se enfermó el nene y ni siquiera le dieron remedios,
pero gracias al pastor conseguimos salir adelante con ese chico. La casa estaba
muy inundada porque era la más cercana al zanjón”.
Seguidamente,
el pastor Ferreira comentó que “hay algo que me llama mucho la atención y es
que todavía el barrio no está muy unido porque hay distintos grupos, por un
lado están los paraguayos, por otro los mocovíes, luego los provincianos y esa
es una gran dificultad”.
“La
calle 154 es intransitable siempre, las casas son bajas, pero cada vez que una
autoridad da un discurso justifica diciendo que la ciudad crece y la gente
necesita vivir en algún lado. Pero las autoridades deben responsabilizarse en
ayudar al vecino a salir de esta situación”, consideró.
Y
afirmó que “no hay intervención municipal en el barrio, la instalación
eléctrica y de agua están hechas por los mismos vecinos. Las máquinas no
llegan. Y los sanitarios de las casas no funcionan por el estancamiento de agua
en los pozos cloacales. Los chicos caminan por el agua sucia”.
“Se
necesita una solución, obras, medidas, ver para donde corre le agua. El canal
no se limpió tras la inundación del 2 de abril, sigue con la misma mugre”,
declaró.
Posteriormente,
Lila Fernández pronunció que “un grupo de militantes de la CCC (Corriente Clasista y Combativa) junto con
otro movimiento más, se van a juntar para ayudarnos con una protesta, en caso
de que hoy el intendente no quiera reunirse con nosotros. Vamos a unirnos tres
barrios, en la reunión también estará Patricia, de la comunidad mocoví”.
Finalizando,
Fernández se dirigió a todos los vecinos del barrio pidiendo: “me gustaría que
estemos más unidos, hay muchos vecinos que tras recibir la ayuda dejan de
luchar. Pero tenemos que salir a hablar de lo que nos pasa”.
A
su vez, el pastor Ferreira expresó que “agradecemos mucha la ayuda que
recibimos de la gente y si alguien más quiere colaborar con nuestra situación
puede acercarse al barrio con frazadas y calzados, que es lo que más necesitan
los vecinos”.
“Hay
gente que anda con bolsas en los pies y arriba las botas, porque la humedad es
terrible y no hay calzado que resista tantos días de agua. Hace mucho frío y
hay muchos chicos, que necesitan, además, alimentos y remedios”, indicó.
“Necesitamos
que algún político se acerque al barrio, se arremangue y camine por nuestras
calles, nos pregunte qué necesitamos y nos escuche. Tenemos fotos de la
destrucción de nuestras casas. Que recuerden que en la 154 de 25 a 27 hay mucha
gente que necesita ayuda”, cerró diciendo Adrián Solari, vecino del barrio
Provinciano. (www.BerissoCiudad.com.ar)
