El 18 de enero se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento del presidente Arturo U. Illia y es para mí un honor escribir unas palabras para homenajear a este gran hombre de la política argentina.
Son tantas las facetas de Illia que se hace difícil abordar solo una de ellas porque, seguramente, dejaríamos de lado otras con un gran contenido político y social.
Desde muy joven se afilió a la UCR porque no quería ser indiferente a las cuestiones públicas y sabía que la mejor forma de actuar era a través de la política.
En 1963 llegó a la Presidencia de la Nación en un contexto político complejo. La propaganda golpista de entonces lo calificó de débil, ingenuo e indeciso, y fue todo lo contrario: un hombre de gran coraje y firmes convicciones que lo demostró en cada uno de sus actos de gobierno: aplicación de una política nacional e independiente, se opuso a la intervención armada de EE.UU. en la República Dominicana y obtuvo una resolución favorable en la ONU, que obligaba a Gran Bretaña a la discusión en la soberanía en las islas Malvinas, decretó la nulidad absoluta de los contratos de concesión, de explotación y comercialización del petróleo por ser dañosos a los derechos e intereses de los argentinos, la aplicación del salario mínimo vital y móvil y la regulación de los precios del consumo popular, ordenando el comercio interior.
No aceptó la negociación con el Fondo Monetario Internacional. La inflación estuvo prolijamente controlada sin ajuste recesivo. Llevó adelante un exitoso plan de alfabetización, la defensa y promoción de la educación popular asignando el mayor presupuesto en esa área en toda la historia; fortaleció la autonomía universitaria y jerarquizó los estudios superiores, aplicó una reforma al hospital público y dictó la Ley de medicamentos promoviendo al mismo tiempo la industria de los laboratorios nacionales.
La historia hoy rescata su austeridad y su honestidad, el haber vivido y actuado de la misma manera. Llegó al poder y no se hizo multimillonario. Murió pobre. Sin embargo, es la firme convicción democrática de Illia el rasgo que mejor lo caracteriza hoy.
Finalmente quiero rescatar parte del discurso del Dr. Illia al momento de asumir como Presidente haciendo referencia a la democracia social: “deseamos desde ya alertar a quienes conciben a la democracia social como un simple proceso de distribución. Para que pueda existir justicia de la sociedad para con el hombre es necesario que éste, a su vez, sea justo para con la sociedad y no le niegue o retacee su esfuerzo.”
Concejal Dr. Jorge Nedela
Presidente Bloque UCR
