Tras una dura pelea contra el coronavirus, el doctor Ángel Rivero volvió al ruedo, tanto en sus funciones profesionales como solidarias en el barrio.

Luego de ser fuertemente aplaudido por toda la Nueva York, “el soldado de la pandemia” dialogó con BerissoCiudad.

“Fue una pesadilla, con la ayuda y apoyo de mi familia y toda la gente salimos”, comenzó expresando Rivero.

Cabe reseñar que el 4 de septiembre comenzó con escalofríos de manera abrupta, inmediatamente su temperatura se elevó a 42 grados. “Tomé el antitérmico y me hice el hisopado. Al otro día ya tenía el positivo y con todos los síntomas. Más de ocho días con fiebre que no bajaba de 40, mucho dolor de cuerpo, debilidad generalizada y la mala suerte de tener una neumonía bilateral”, precisó.

Y acotó: “a los 13 días empecé a mejorar pero con sintomatología residual, decaimiento y demás. La semana pasada la ART me dio el alta y puede empezar a trabajar”.

El COVID-19 no sólo perjudica la salud sino también lo emocional: “es difícil de vencer lo anímico. Te recuperás físicamente pero te queda la angustia, la impotencia, la tristeza y el miedo. Cuesta volver donde uno sabe que se enfermó y que puso en riesgo extremo su vida y donde lamentablemente hay compañeros que tuvieron peores desenlaces. Pero tratamos de ponerle toda la garra”.

Punto y aparte para la recepción que Rivero tuvo en el barrio de la Nueva York, en donde también pone el corazón.

“Después de lo qué pasó con los chicos en la Nueva York uno viene con unas fuerzas tremendas”, comentó expresando.

Y comentó entre lágrimas: “llegué como siempre y los chicos me dijeron que vaya a la cocina de la escuela. Me pareció raro porque voy al club y empiezo a trabajar, pero cuando ingresé al club fue conmovedor”.

“La gente a medida en que uno hacia los registros, con una mirada tierna y de verdad me decían ‘doctor estamos felices de que esté acá recuperado’ estoy fortalecido, es bueno saber que la gente valora el compromiso. Jamás se me pasó por la cabeza no volver al barrio y a mi trabajo, esta es mi pasión y hay mucho por luchar”, confesó.

En esta misma línea, el médico bregó por el cumplimiento de las medidas: “se entiende que la gente quiere salir, pero a veces uno ve que no se toman las medidas y eso da tristeza. Tenemos que tomar conciencia, no digo que no salgan pero que lo hagan con recaudos y adaptándose a esta situación porque esto viene para largo”.