En el Día Internacional del Médico, BerissoCiudad dialogó con Alfredo Zanaroni, quien saludó a sus colegas y recordó su labor y anécdotas vinculadas a la profesión.

“Quiero saludar a todos los colegas que forman parte de esta profesión, que es muy linda y nos llena de mucha satisfacción. Y en esta etapa de pandemia, donde todos han puesto el hombro. Y a veces no podemos solucionar las cosas porque son inevitables, pero sí acompañar a las familias”, comenzó diciendo, saludando también a la ciudadanía berissense por tanto cariño.

Tras dos años del paso por la gestión como director del Hospital Mario Larraín expresó: “Aún sigo sufriendo la despedida, es algo que no se va nunca el recuerdo de los compañeros, de las paredes, pisos, puertas, el estrés y gratos momentos difíciles de olvidar”.

Con 40 años de experiencia, 12 mil partos en el área pública y 7 mil en el ámbito privado, hoy vive la angustia de no traer más bebés al mundo “porque es algo que me apasiona”.

Además, “tuve excelentes compañeros al lado, al igual que todo el equipo de salud, con quienes trabajamos de forma integral”.

Seguidamente y haciendo referencia a su ingreso como director en una etapa más que compleja para el nosocomio local Zanaroni mencionó que el objetivo estaba en reivindicar el valor de este espacio tan emblemático para la comunidad: “En el tiempo que estuve creo que algo se logró, pero más allá de las obras, lo fundamental es que el grupo humano piense en la salud de la población; para mí la pertenencia es fundamental, y el director lo que tiene que hacer es dialogar constantemente", indicó, "y lo que hice fue separar la política de la función médica”.

Orgulloso de haber trascendido esta profesión agradeció el cariño de la gente y reiteró su saludo a todos los médicos por su dedicación.