En el marco de los avances en la investigación del cannabis con fines medicinales y la práctica del cultivo a nivel social y concretamente en la Región Capital, Cadena Radial NOVA dialogó con la bioquímica y doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET, Daniela Sedán, quien avanza en el proceso de conocimientos desde la ciudad de Berisso.

“Tomamos el primer contacto con el cannabis terapéutico por un proyecto de extensión y nos pasó a nivel científico lo que a los médicos les pasa en consultorio. Las familias, usuarios, se acercaron a la universidad y nos pusieron un gotero de cannabis sobre la mesa diciendo ‘uso este y quiero saber qué tiene, mi médico también’”, comenzó relatando la científica.

Empezaron así las redes con organizaciones sociales, pacientes y familiares que venían trabajando en el tema.

Desde hace tiempo se desarrollan en vínculo con la organización Social platense “Cultivo en familia La Plata” y con “Jardín del Unicornio” de Capital Federal.

“Desde el Jardín del Unicornio se ayudó a que se cuente con el cultivo universitario de cannabis para investigación. Cultivar una planta de cannabis no es fácil para tener una buena producción”, expuso Sedán destacando los conocimientos de la comunidad.

El cultivo universitario se dio entonces con las cepas que estas organizaciones utilizan con fines terapéuticos, dos de Jardines del Unicornio y la cepa de cultivo en familia denominada Quinto Elemento.

En agosto se presentó una tesina de grado que avanza sobre investigaciones del Quinto Elemento y se generaron nuevas redes con el abordaje de distintos tópicos de cannabis medicinal e inclusive se incorporó al ámbito de la veterinaria.

Desde lo médico, explicó la investigadora, “hay muchos que empezaron a acompañar a sus pacientes. El cannabis medicinal, como toda medicación tradicional, no es la panacea de nada, pero es una alternativa terapéutica interesante que acompaña para mejorar la calidad de vida de los pacientes. El problema es que los profesionales de la salud, tanto médicos como farmacéuticos y demás no tenemos formación tradicional, ni en sistema no cannabinoide ni en cannabis”, si medicina se trata desde el plano de adicciones.

Hoy hay una ley de cannabis 27350, “que no contempla el cultivo ni producción propia del usuario. Es una ley de investigación científica y se dice que quedó chica para las intenciones. Sólo consideraba la investigación en estudios clínicos de epilepsia refractaria y crea el programa nacional de cannabis. Ahora se discute una nueva reglamentación con nuevas posibilidades de cultivo”, relató la doctora.

En lo que acontece en Berisso y las perspectivas de cara a avanzar, Sedán expuso que “es necesario que el Estado en todas sus reparticiones nacional, provincial y municipal esté presente y acompañe a los usuarios y familia en cuanto al acceso y generación. Es necesario avanzar en generar redes donde el saber de cultivadores se pueda conjugar”, indicó, añadiendo además que puede generar espacios de trabajo genuino.

Para cerrar, la científica se manifestó sobre el impacto social: “la sociedad está repartida, producto de la experiencia propia. Este es un tema instalado y las personas prueban que resuelven situaciones con una alternativa natural que complementa el tratamiento que ya tiene. Y tiene cierta seguridad ya que no hay reportadas muertes por sobredosis de cannabis”.

Y agregó que “si bien siempre hay posiciones encontradas la gente está más abierta” y advirtió sobre el inconveniente de la desregulacion la posibilidad de encontrar “en el mercado ilegal” productos de los que se desconoce procedencia y garantía de cannabinoides.