En diálogo con BerissoCiudad, el referente en la cancha y en la institución, Federico Slezack, dio detalles de como vienen atravesando la pandemia en la familia de Villa San Carlos.

Tras el desembarco del COVID, desde el club encendieron el espíritu solidario y con la identidad que caracteriza a una gran institución con alma de barrio salieron a hacer frente a la situación.

“Decidimos volcar esto a lo social, decidimos hacer ollas populares, a juntar abrigos y otros elementos para acercar a los barrios más necesitados”, comenzó expresando el referente.

Slezack no es un actor más, Federico defiende los colores en la cancha y fuera de ella. Y lo justifica: “porque es mi segundo hogar desde que tengo cinco años”.

“Esto se vive con naturalidad porque me crié acá, desde los 4 o 5 años que juego al fútbol infantil, mi vida pasó por acá. Este fue mi segundo hogar o prácticamente el primero”, enfatizó.

Asimismo, indicó que este esfuerzo tiene su impacto positivo: “mucha gente volvió a sentirse identificada con el club”.

El fútbol profesional es una de las disciplinas más perjudicadas en pandemia. En este sentido, los actores que dependen de ella están a la expectativa de novedades.

“Sobre lo deportivo, cada uno tenía un entrenamiento en su hogar. Después uno sabe que hay intereses en el deporte, en el fútbol. No es lo mismo la primera o torneos internacionales. Si bien nosotros tenemos cierta profesionalidad hay clubes que están cerrados desde marzo o abril, que no tienen actividades. Es un tema para empleados o para jugadores mismos que han terminado contratos en junio y no se renovaron. Va a costar, pero en algún momento va a tener que empezar a girar la rueda”, reflexionó.

De esta manera, el referente informó que “se habla de protocolos internos porque precisamente el sábado nos haríamos los testeos de COVID y a partir del lunes podríamos empezar a retomar los entrenamientos. En espacios abiertos, con grupos reducidos”, aunque sin el folklore del vestuario y los tradicionales mates.