Flechazo

Habló el padre que bendijo a Diego: "Gimnasia y Maradona se dieron lo que tenían para darse, eso es amor"

Gustavo Rubio y Diego Armando Maradona.
Gustavo Rubio y Diego Armando Maradona.

Tras la explosión en los medios por haber contendido a Diego Maradona en tiempos donde el 10 necesitaba “paz”, el padre Gustavo Rubio dialogó con BerissoCiudad.

La Mano de Dios hasta el Padre Nuestro de la Iglesia Maradoniana, pasando al Dios con mayúsculas y el dios con minúscula, fueron detalles que ha compartido el párroco de Berisso como anécdotas habladas con el fenómeno social, deportivo, cultural y político fallecido el miércoles 25 de noviembre a los 60 años de edad.

Sin renegar de las creencias de las personas y del amor hacia quien muchos consideraban “el más humano de los dioses”, el sacerdote reconoció que “lo popular a veces lleva a estas expresiones que por ahí uno no las comprende pero para la gente son expresiones muy importantes”.

La búsqueda de la fe y la contención por parte del astro marcó sus últimos tiempos: “cuando me dijeron que Maradona quería que fuera un cura, yo pensé que me iban a decir que era por la mufa y esas cosas de costumbre y un poco de eso hubo, pero no de parte de Diego”.

“Él pidió un sacerdote porque quería la bendición de Dios para iniciar la gestión de Gimnasia y su vida de ahí en adelante de la mano del Dios verdadero con paz”, reveló, para luego exclamar: “dijo que quería paz para disfrutar de esto y de lo que le quedara de vida”.

El Diego compartió con el padre Gustavo distintas anécdotas y recuerdos que llevaban a la presencia de su madre, Doña Tota, de quien Maradona había heredado esa fe que tenía latente, al punto tal de reconocer aciertos y errores.

“Él me dijo, ‘Padre, en la vida me he mandado muchas cagadas y he tenido momento maravillosos’, y me repitió ‘yo no soy ejemplo para nadie’”, rescató el cura.

En cuanto al vínculo Diego-Gimnasia, el sacerdote señaló: “me dijo que estaba muy feliz con que Gimnasia lo haya invitado. Él estaba feliz, me mostraba los pinos de Estancia Chica y todo el mundo lo quería, veías a los jugadores jóvenes, los más grandes... Uno descubrió al ser humano con esa necesidad de paz para el fin de la vida es algo importante”.

“Él estaba feliz en Gimnasia. Maradona era muy pícaro y bicho, no era un gil no lo iban a tener como un paquete”, apuntó el Padre y fue tajante sobre supuestos dichos: “si se hubiera sentido usado… Se veía la gente, el recibimiento, los tronos que le hacían y los hacía rifar. Gimnasia y Maradona se dieron mutuamente lo que tenían para darse, eso es amor”.

Sobre el significado de haber guiado en la fe a una de las figuras más famosas del mundo, el padre Gustavo Rubio expresó que “él no se confesó, porque si se confesó y yo cuento esto me voy al infierno”.

“Fue una de las cosas más insólitas y buenas que me pasó, que mi hermano me llamara un día a las 11 de la noche y le diga ‘mañana tenemos que ir a ver a Maradona’. Le agradezco a Dios, me sentí honrado de que me haya tocado a mí”, finalizó el párroco de María Auxiliadora.

Gustavo Rubio.
Gustavo Rubio.

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