Nota avalada por la Comisión de la Colectividad Armenia Región Capital de la Provincia

El doble discurso Azerí

Voluntarios armenios que participaron en la última guerra de Artsaj
Voluntarios armenios que participaron en la última guerra de Artsaj

El artículo publicado bajo el título “El valor de la independencia: Enero “neqro” de Azerbaiyán”del embajador de la República de Azerbaiyán en Argentina expone una visión acotada y parcializada de la realidad histórica de los hechos.  

En primer lugar entre el 12 y el 19 de enero de 1990, la población armenia de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán fue objeto de la ejecución del progromo de Bakú. Asimismo, el 27 de febrero de 1988 se ejecutó el pogromo de la ciudad de Sumgait, donde la población armenia fue brutalmente masacrada y expulsada por sectores paraestatales azerbaiyanos, hecho que se replicó también, en la ciudad de Kirovabad (hoy Ganja). 

En segundo lugar, es absolutamente falso el argumento expresado por el diplomático en cuanto al objetivo expansionista de la República Soviética Socialista de Armenia para apropiarse de la región de Nagorno Karabaj de Azerbaiyán (Artsaj en armenio). En primer lugar la existencia de Nagorno Karabaj, de modo alguno se encuentra íntimamente vinculada a la disolución de la URSS, debido a que los orígenes de la provincia de Nagorno Karabaj se adentran en las profundidades de la historia al formar parte de los antiguos reinos armenios. La pérdida de la independencia (lograda en 1918)  abrió la etapa de dominación soviética – azerí entre los años 1921 y 1988. En virtud de ello,  el 5 de julio de 1921 el Buró Caucásico del Partido Comunista Ruso adoptó la arbitraria decisión política de anexar Nagorno Karabaj a Azerbaiyán soviética. 

La profundización y sistematización de la política discriminatoria efectuada por la República Socialista Soviética de Azerbaiyán provocó una drástica disminución de la población armenia de Karabaj, de acuerdo a los censos oficiales de la URSS. Sin embargo, transcurridas siete décadas de opresión azerí, basándose en el derecho de autodeterminación de los pueblos, la población de Nagorno Karabaj en el marco de la potestad constitucional vigente, llevó adelante un plebiscito democrático en el que triunfó la propuesta de declarar la independencia de la misma, la que se concretó en 1991,naciendo así la “República de Artsaj”.

La reacción de Azerbaiyán fue inmediata y consistió en rodear Karabaj y emprender unilateralmente acciones de violencia, bombardeo y agresiónindiscriminada con Misiles GRAD, sobre la población civil de Stepanakert (capital de Karabaj). El conflicto se transformó en una guerra abierta que culminó en 1994 con la firma del “Protocolo de Bishkek” a través del cual se acordó un cese al fuego entre las partes implicadas en el conflicto. 

En este contexto, es preciso destacar que desde la firma del alto al fuego en 1994, la dinastía Alyev, en el poder desde 1991, no respeta los acuerdos alcanzados en el marco de las negociaciones de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa).  De forma recurrenteAzerbaiyán vulnera los dos primeros principios a través de la utilización de la fuerza y el ataque a las posiciones civiles y militares armenias. Sobran ejemplos de este modus operandi, entre ellos se destacan las acciones en la Guerra de los Cuatro Días en 2016, como también, en julio de 2020, en plena pandemia, cuando atacaron a la República de Armenia, o bien, cuando en setiembre del mismo año las Fuerzas Armadas azeríes lanzaron un ataque unilateral a gran escala a lo largo de toda la línea de contacto. Es decir, Azerbaiyán no sólo atacó y ataca el territorio en disputa. Asimismo, lo que se debe destacar  que las últimas operaciones militares fueron desarrolladas con el respaldo político, diplomático y militar de actores estatales extrarregionales y regionales, como ser Turquía, quien se siente envalentonada con una agenda de intereses bajo una lógica expansionista “neo – otomana” y de un activo involucramiento en el conflicto a pesar de ser un actor absolutamente ajeno al conflicto. 

Por su parte y, no por casualidad, la Comunidad Internacional a lo largo de los enfrentamientos por más de 45 días desoyó en varias instancias el reclamo y la urgencia humanitaria de la población civil de Artsaj. Finalmente el 9 de noviembre se firmó un acuerdo que establecía el cese total de todas las operaciones militares. El punto 8 del acuerdo,estableció el intercambio de prisioneros de guerra,detenidos y de los cadáveres fruto de losenfrentamientos. Sin embargo, el gobierno de Bakú, violó y viola sustancialmente el mentado punto, toda vez que las fuerzas azeríes están  torturando, decapitando, ejecutando y mutilando a prisioneros armenios. Mucho más aún Human Rights Watch (HRW) denunció que Azerbaiyán mantiene un “trato inhumano” contra prisioneros de guerra armenios.  

El régimen azerí también es cuestionado por múltiples y diversos organismos internacionales a través de fuertes críticas al gobierno de Azerbaiyán,en cuanto al autoritarismo despótico, por la sistemática violación a los Derechos Humanos, por su carrera armamentística, por la promoción y  la ejecución del genocidio cultural y sobre todo por su discurso negacionista y armenofóbico, alentado todo ello desde el mismo establishment azerí. 

En este contexto y en función de la inestabilidad regional imperante resulta esencial garantizar la seguridad de la población civil de Artsaj a fin de evitar una nueva limpieza étnica en el Cáucaso Sur,para lo cual es primordial y urgente el reconocimiento internacional de la República de Artsaj para alcanzar una paz duradera en la región. 

Lic. Lucas Koussikian

Consejo Nacional Armenio

Comentarios