Policiales

Balean a dos comerciantes en un asalto en Villa Ponsati

Ocurrió en 122 y 96. Un carnicero recibió un tiro en el abdomen. Y un verdulero recibió otro disparo, en el brazo. El ladrón, detenido, sería el que baleó al kiosquero de 7 y 50.
Ocurrió en 122 y 96. Un carnicero recibió un tiro en el abdomen. Y un verdulero recibió otro disparo, en el brazo. El ladrón, detenido, sería el que baleó al kiosquero de 7 y 50.

LA PLATA, Abril 08.-(BerissoCiudad.com.ar) Dos comerciantes, uno de ellos víctima y el otro un simple testigo, fueron baleados durante un asalto en Villa Ponsati. Al cierre de esta edición, el que sufrió el robo, estaba en condición “grave”, según informaron fuentes policiales. Por el caso, hay un delincuente detenido.

 

Los hechos se desencadenaron en una carnicería de 122 y 96, poco después de las 18.30. Angel D’Addario, un conocido comerciante, estaba al frente de su negocio junto a su hijo adolescente y un empleado. Hasta allí llegó un ladrón de 23 años, en su moto, que dejó estacionada en la vereda.

 

Según informaron fuentes policiales que intervinieron en el hecho, el caco extrajo la pistola y a fuerza de amenazas les quitó unos 500 pesos de la recaudación del día. Confiado en que había tenido éxito, el asaltante salió a la vereda pero no sospechó que, detrás, el carnicero y el empleado, se habían decidido a correrlo. Vecinos dijeron a Trama Urbana que había sufrido muchos robos y que estaba harto. “Lo tienen de hijo. Ya se cansó y los enfrenta”, analizó la hija de otro comerciante, quien dijo que D’Addario trabaja allí “hace 40 años”.

 

En la vereda, el carnicero se tomó a golpes de puño con el ladrón, quien comenzó a disparar. Voceros de la comisaría Decimosexta, a cargo del comisario Diego Bravo, dijeron que “fueron varios disparos y estamos analizando cuántos, ya que se encontraron dos casquillos pero sospechamos que eran muchos más”.

 

Lo cierto es que D’Addario recibió un tiro en el estómago, por el que cayó malherido. El estruendo alertó a varios vecinos. Entre ellos, a Héctor Esteban Luciano, un verdulero que tiene su comercio enfrente, a unos 15 metros de la puerta de la carnicería, y salió a ver qué pasaba. Sin intervenir en el hecho, el comerciante recibió un disparo en el brazo. “Angel es como un hijo para él, lo conoce desde siempre”, comentó la hija de esta víctima.

 

La desesperación pudo más y varios vecinos se juntaron para reducir al ladrón, junto al empleado del carnicero. Pronto se dio aviso a la Policía, que aprehendió formalmente al delincuente. Le secuestraron la pistola, que resultó ser una Bersa Thunder 9 milímetros, sustraída a un policía en un “escruche”. Anoche, la Policía investigaba si el delincuente era el mismo que baleó al kiosquero de 7 y 50, la semana pasada. “El identikit es un 90% parecido”, dijo anoche un jefe policial.

 

Con el barrio más calmado, los oficiales de la Decimosexta convocaron a una ambulancia de urgencia. Sin embargo, nadie se quedaba quieto ya que los dos heridos quedaron tendidos en el piso y la asistencia médica no llegaba. “Mi hermano agarró el auto y los cargó a los dos”, contó la hija de Héctor. Los heridos fueron llevados a la guardia del hospital San Martín, en donde les brindaron las primeras curaciones. Apenas unos minutos después, ingresó de urgencia el vicegobernardor Alberto Balestrini (ver página 6).

 

El verdulero recibió el alta a las pocas horas, ya que la herida no revestía gravedad. Pero el carnicero quedó internado en terapia intensiva, y al cierre de esta edición era intervenido.

 

Los vecinos: “Acá pasa de todo y nunca se hace nada”

 

Después del asalto, varios vecinos comentaban en las esquinas del barrio, con pocas luminarias, lo que había pasado y no dejaban ocultar su bronca. D’Addario, un comerciante afincado en la zona hace décadas, es una persona muy querida que ha sufrido varios robos en los últimos años. De hecho, heredó la carnicería de su padre, por lo que a él lo conocieron detrás del mostrador desde pequeño. “Está desde que nació”, dijo una mujer.

 

 Los vecinos dijeron que los asaltos se repiten. “Acá pasa de todo y nadie hace nada”, se quejaba una vecina. Con las manos en el bolsillo paliando los primeros brotes de frío del otoño, otro vecino se acercó al grupo y refunfuñó ante el paso de un joven en una moto que hacía contraexplosiones. “Es esta gente que está acá, la vemos todos los días pasar”, dijo, sugiriendo que en ese tipo de rodados se movilizan los delincuentes. “Nadie los controla”, apuntó.(Fuente: Diario HOY)

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