A una semana de haber iniciado el ciclo veraniego, la tan cuestionada Plaza Almafuerte es el claro reflejo de una herencia que tiene a la basura como foco del debate.
El espacio público dispone de cestos que se sumaron en la anterior gestión, pero la falta de recolección sin dudas quedó en evidencia.
Tal es así que aquellos 13 millones de pesos que se gastaron para revalorizar el espacio aún hoy se diluyen como consecuencia de la escasez de mantenimiento.
Las postales hablan por sí solas, pero los vecinos no ven la hora para que “de una vez por todas” la plaza quede en condiciones y segura para el uso público de los niños y adultos que allí asisten.