En diálogo con BerissoCiudad en Radio, Jesica De La Haye, profesora de Educación Física del CEyE, se refirió a la integración de dos niños con dificultades auditivas al plantel de básquet infantiles.

En principio, la docente indicó que las edades de sus alumnos están entre 4 y 13 años, edad en que se despierta y se fortalece la práctica en una disciplina.

“Tratamos de pensar que cada chico que se acerca al club tiene sus particularidades, algunos saben más de básquet que otros, algunos se mueven mejor que otros o algunos escuchan más que otros en este caso. La idea es que si ellos deciden venir al club y acercarse al básquet como actividad deportiva es porque les interesa y a lo sumo habrá que buscar la manera de comunicarnos”, expresó De La Haye, reafirmando que no existe impedimento alguno para trabajar con ningún niño.

Asimismo, subrayó la predisposición de los chicos y sus entornos que “es enorme. Tanto de los chicos como de los padres que siempre están ahí y el esfuerzo que ponemos los profes tanto Agustín como Ana Clara, que siempre estamos ahí para que enganchen con la práctica”.

El mayor esfuerzo es por parte de Emi y Joaquín, pero sus compañeros juegan un rol fundamental en el proceso de integración.

“Nosotros tenemos una premisa general que es que cada vez que se integra, cualquiera que se acerca nuevo aquellos que ya están tienen que ayudarlo, enseñarle lo que saben sea mucho o poco. En el caso de Emi y Joaquín hacen lo mismo, les enseñan, los ayudan, crean sus propias señas. Se alguna manera se comunican. Además todos tenemos algo que nos sale mejor o peor, en este caso ellos tiene dificultad para escuchar, y sus compañeros ayudan tratando de explicarles”, detalló Jessica.

Por otro lado, manifestó que ninguno de los tres profesores tiene capacitación en lenguaje de señas por lo que van aprendiendo con Emi y Joaquín “de alguna manera nos comunicamos y el básquet tiene mucho de señas, hay gesto, postura, con lo cual ahí no digo que sea fácil pero es mucho más sencillo de lo que uno se puede imaginar a priori”, puntualizó la docente.

En cuanto a la integración y al impacto de esto en los niños y sus familias, la entrevistada expuso que “el trabajo de grupo es fundamental, no pasa tanto por ayudar sino por entender que ese compañero de equipo tiene que poder jugar, sin compañero no se puede jugar al básquet”.

Y agregó que “uno se puede imaginar la alegría de la familia al ver la integración, pero calculo que va más alá de lo que uno imagina. Tenemos diálogo con los familiares y la satisfacción es aparte. Nosotros estamos ahí para hacer nuestro trabajo, pero si además se generan estas cosas es algo que emociona”.

Para cerrar, De La Haye dejó un mensaje: “no imaginábamos esta difusión, pensamos que justamente hay pensar el lugar que tienen en cada club y en la sociedad estos chiquitos, más allá de un deporte qué función va a tener un club en la sociedad y a partir de ahí abrir un poquito la cabeza, dejar de tener prejuicios y dejar de pensar que no va a poder. Es para seguir pensando”.