Panorama Político Bonaerense

Provincia de Buenos Aires: ¿Volvió la "Maldita Policía"?

Tras los últimos “mensajes” María Eugenia Vidal cada vez desconfía más de la policía bonaerense (Dibujo: NOVA)
Tras los últimos “mensajes” María Eugenia Vidal cada vez desconfía más de la policía bonaerense (Dibujo: NOVA)

Por Maxi Pérez (@perezmaxi), corresponsal de NOVA en Casa de Gobierno y Legislatura

Los últimos cuatros gobiernos bonaerenses comenzaron su gestión con promesas de transformar profundamente la policía de la provincia y casi inmediatamente después de esos anuncios esos mismos gobiernos recibieron algún mensaje de estilo mafioso o pseudo mafioso que presumiblemente partió de la fuerza de seguridad.

La mudanza a una base militar por "amenazas" nunca confirmadas, la llamativa desaparición de su custodio por más de 4 horas, el ingreso intempestivo a su despacho para revolver cajones y un episodio similar en la residencia oficial de uno de sus ministros, convierten a María Eugenia Vidal en quizá la mandataria que más directamente está siendo afectada.

Por el momento desde el oficialismo mantienen silencio de radio sobre el tema y se limitan a reiterar que "no podemos descartar ninguna hipótesis".  Mientras tanto, desapareció de la escena pública la causa por los  "sobres" en la Comisaria Primera de La Plata y crece el malestar por la continuidad de funcionarios policiales de la gestión de Daniel Scioli.

Aunque aparentemente se trata de episodios inconexos, los hechos forman parte de una soterrada negociación en la que el ministro de Seguridad Cristian Ritondo intenta hacer equilibrio y empezar a mostrar éxitos reales y no ficticios como la detención de José López, que según la versión oficial fue resultado de un llamado al 911 y la única pericia policial fue no aceptar la coima.

El problema es que la necesidad de mostrar que los resultados son visibles, llevaron a Vidal a cometer un error garrafal al premiar a los efectivos que participaron de ese operativo, profundizando el malestar de todos aquellos policías que diariamente realizan bien su trabajo y que por el momento solo recibieron ajustes salariales a la baja y falta de equipamiento.

Para colmo de males, sobre el cierre de la semana se supo que un oficial de la policía metropolitana hirió a un joven que aparentemente intentó arrebatarle su mochila en una parada de colectivo en la ciudad de "La Plata".  No se trataba de un viaje de placer del efectivo estando fuera de servicio, sino que era uno de los custodios de Leonardo Fariña, uno de los que espera la aprobación de la Ley del Arrepentido.

El hecho desnudo varias falencias en los procedimientos, porque siendo testigo protegido pareciera que todo el mundo sabe dónde reside Fariña, pero por sobre todo desnudó también la falta de confianza del gobierno tanto provincial como nacional sobre la policía bonaerense.

Para por lo menos un sector de la fuerza "esta fue la gota que rebalsó el vaso" y prometer "prender el ventilador" en las próximas semanas si no hay respuestas de Vidal a sus reclamos.

UCR y FR juegan caen en las consecuencias del juego pendular

Mientras que en los territorios gobernados por Cambiemos, el Frente Renovador está cada vez más cerca de dar un paso al costado en el apuntalamiento de las gestiones municipales, a nivel provincial la permanente intervención de Sergio Massa aceita cada vez más las relaciones.

Casi a contramano, el radicalismo está al borde de la ruptura con Vidal, pero en varios distritos en los que gobierna ha conseguido conducir sin grandes sobresaltos la convivencia entre las distintas fuerzas de la alianza de gobierno, a excepción por supuesto de la Capital provincial, dónde la relación pende de un hilo.

Así es que tanto a nivel económico, como de acuerdos de gobernabilidad, la provincia mira más hacia CABA que hacia los 135 distritos, mientras que la UCR recupera parte de su esencia bonaerense a través de la extensa red de comités y se prepara para volverse fuerte en el territorio, incluso prescindiendo de su participación en el gobierno central.

Para el massismo los problemas no se agotan en las ordenes, a veces contradictorias, del ex intendente de Tigre, sino que son cada vez más los que ven con bueno ojos como se han precipitado las cosas hacia adentro del PJ y empiezan a buscar la manera de retornar al partido de sus amores o de buscar nuevos equilibrios en aquellos casos en los que no aún tuvieran participación.

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