Debido a una mala praxis en el parto, Bastián quedó con parálisis cerebral, lo cual avanzó en síndrome de West.

“Hoy tiene 10 años, es un niño valiente y guerrero”, según aseveran sus familiares más cercanos, al tiempo que revelan que “necesita asistencia las 24 horas”.

“Es dependiente de nosotros, no camina ni tampoco se puede mantener sentado por sí solo, come por botón. Pese a que nos esforzamos, su calidad de vida se va deteriorando cada vez más por las crisis epilépticas que tiene a diario y por las alergias continuas”, detalló su hermana mayor.

En tanto, informó: “Hace unos meses nos enteramos de que existe la posibilidad de que comience un tratamiento en México, hay un dispositivo llamado DIBA, una máquina que lo que hace es dar ondas sobre la cabeza, haciendo que mejore su calidad de vida y que posiblemente pueda en algún momento pararse por sí mismo y que las crisis bajen considerablemente”.

Este tratamiento (rehabilitación, viajes y estadías) sale un aproximado de 40 mil dólares, dinero con el que la familia no cuenta.

Es por eso que encaran también una campaña solidaria, apelando a toda la comunidad.