Fuente: Agencia NOVA
Dejó de ser un rumor el
traspaso de las actividades del Puerto de Buenos Aires al Puerto La Plata. Esta
situación representa un arma de doble filo para la región: por un lado va a
aflorar la actividad de la zona, pero, por otro, atenta contra el medio ambiente ribereño,
incumpliendo con la ley provincial 12.756 de Paisaje Protegido.
El trabajo en la zona
portuaria avanza día a día. Máquinas por tierra y agua, camiones y una gran
cantidad de personal está trabajando de sol a sol para culminar la obra. Selma
Catino, vecina de la Isla Santiago, acusó que están comenzando a cortar las
puntas del lugar donde vive y de la Isla Paulino, con el fin de que las
embarcaciones puedan girar y maniobrar. Los nuevos cambios violan la ley
provincial nombrada anteriormente, irrumpiendo sobre el normal desarrollo del
medio ambiente. NOVA navegó por los canales aledaños y observó esa situación.
“El desmonte que lleva
adelante el Consorcio del Puerto La Plata de 45 hectáreas de humedales con
cientos de especies vegetales y animales con la finalidad de acondicionamiento
del suelo para usos aun no develados, ha producido una transformación
irreversible y un enorme impacto sobre el ecosistema del lugar”, expresaron
desde Alianza de Sistema de Humedales.
Desde el gobierno de la Provincia de Buenos Aires
reconocieron que la obra demandó una inversión de alrededor de 360 millones de
dólares. Hugo Bilbao, el titular del Organismo Provincial para el Desarrollo
Sostenible (OPDS), definió a la obra del puerto como “estratégica”.
El defensor del Pueblo,
Carlos Bonicatto, defendió el proyecto de “desarrollo sustentable” y sostuvo
que “el rol que tiene la Defensoría es velar por los intereses individuales y
colectivos del pueblo bonaerense, y fundamentalmente en términos de medio
ambiente”. Por su parte, Mariano Goyenechea, presidente del Consorcio de
Gestión del Puerto La Plata, explicó que “cada uno de nosotros tenemos un rol
muy importante. La conducción del Consorcio tiene la obligación de monitorear
de cerca el desarrollo del proyecto y las condiciones en las que se llevan
adelante las obras. Toda la población de La Plata, Berisso y Ensenada está
ilusionada con la culminación de la obra y a la espera de que los buques
comiencen a operar en condiciones óptimas”.
“En 2015, estaremos en
condiciones de operar con 2 millones de contenedores. Si todo va bien seremos
el puerto de mayor capacidad del Río de la Plata”, dijo en declaraciones a la
prensa Daniel Rodríguez Paz, ex presidente del consorcio. En este contexto de
crecimiento de la región, deberán aparecer soluciones inmediatas para controlar
el avance de las obras sobre el medio ambiente y el tratamiento de los
cementerios de barcos, que denunció NOVA días atrás.
Pero las voces de los
vecinos son de otro color. Actualmente, existe una sola salida a río abierto en
la franja costera sur del estuario de Río de la Plata; allí se encuentra Monte
Santiago, puesto de control de Prefectura donde se deben enrolar las
embarcaciones que ingresan y egresan. Ese canal es utilizado por grandes
barcos, pero también por pequeñas lanchas y motos de agua. “El tráfico de naves
inmensas va a aumentar considerablemente, por lo que deberán construir un nueva
salida para las embarcaciones deportivas, siguiendo así con el desmonte y cambios
en la selva marginal autóctona. También van a tener que hacer algo cuanto antes
con los desechos que flotan en la Escuela Naval”, precisó Catino.
Luis Pelyrio, pescador
aficionado, dijo: “Ya alambraron lugares públicos donde la gente iba a pescar,
por ejemplo en la zona aledaña a los barcos abandonados, cercana a la Escuela
Naval”.
La ambición de empresarios y
autoridades no les permite visualizar la vida tranquila que llevan los isleños.
Las máquinas ya destruyeron varias hectáreas de selva marginal, incumpliendo
con el objeto de la ley: conservar y preservar la integridad del paisaje
natural, geomorfológico, histórico y urbanístico de dicha zona.
El artículo seis de la norma
sostiene que ante la realización de una obra pública o privada que pudiera
comprometer o alterar las condiciones expuestas, la autorización definitiva
será otorgada por las autoridades municipales de Berisso y Ensenada, que
deberán contar con una previa evaluación de impacto ambiental. NOVA intentó
conseguir esa evaluación, pero no está por ningún lado.
Nonpalidece, un grupo
musical de reggae no desoyó esta problemática con respecto al medio ambiente:
“Intereses ciegos tus aguas tiñeron y quien ahí viva se está muriendo, ambición
desmedida roza la isla, con tantas luces, con tanto fuego, tanta ignorancia,
tanto progreso, el monte muere y eso si es serio: en el río no queremos más
polución”.