El Ballet Ricordi d’Italia cerró el año con una experiencia histórica: su primera presentación en un escenario de relevancia nacional, un sueño largamente esperado por distintas generaciones del elenco. Allí estuvo presente Lorena Gómez, actual embajadora provincial del Inmigrante, quien compartió una reflexión profunda sobre lo que significó este viaje en lo personal, en lo artístico y en la identidad colectiva del grupo.
El Ballet, símbolo de la identidad cultural de Berisso, viajó representando no solo a la colectividad italiana, sino al espíritu inmigrante que caracteriza a la ciudad. En un contexto donde los elencos artísticos suelen enfrentarse a las dificultades de sostenerse, viajar, entrenar y permanecer unidos, para Ricordi esta experiencia significó mucho más que una presentación: fue un punto de inflexión.
Lorena lo expresa con claridad al evaluar lo vivido: “A nivel personal, este viaje fue una experiencia de aprendizaje enorme. Pude ver otras culturas, otras formas de vivir y de sentir la danza, y eso siempre te abre la cabeza. También me permitió afianzar vínculos dentro del grupo, compartir tiempo que en la rutina diaria a veces no tenemos, y confirmar lo valioso que es sentirse acompañado en un espacio tan grande y tan diverso como lo es un ballet”.
La presentación, realizada en un escenario de gran visibilidad artística, también supuso un desafío adicional: llevar consigo el nombre del Ballet y de Berisso ante una audiencia amplia y exigente. En su rol de Embajador Provincial del Inmigrante, Lorenzo sintió esa responsabilidad como una motivación: “Sentí la responsabilidad no solo de representar al Ballet Ricordi d’Italia, como lo hago desde hace tantos años, sino también llevar conmigo el mensaje y la identidad de Berisso. Fue un orgullo enorme y una motivación para seguir trabajando con más dedicación y compromiso”.
Pero el impacto de la experiencia trascendió el plano personal. En sus palabras, el viaje dejó una huella profunda puertas adentro del elenco: “Creo que este viaje nos transformó como grupo porque nos obligó en volver a lo esencial: estar juntos, compartir, escucharnos y trabajar con un mismo objetivo. No es fácil hoy en día que un elenco tan grande se mantenga unido, pero esta experiencia demostró que cuando cada uno aporta desde su lugar, con respeto y compromiso, el resultado es hermoso”.
El Ballet venía soñando y planificando una presentación así desde hacía años. Concretarla, según Gómez, pone al grupo frente a una nueva etapa de crecimiento:
“Haberlo concretado nos ordena, nos impulsa y nos marca dónde queremos estar y cómo queremos trabajar de acá en adelante. Lo que vivimos es una base sólida para lo que viene en 2026: más compromiso, más crecimiento y más ganas de seguir representando nuestra cultura como corresponde”.
En un año donde Berisso volvió a mostrar el valor de su identidad inmigrante a nivel regional y nacional, el Ballet Ricordi y su Embajador Provincial suman una nueva página a una historia que continúa creciendo, formando artistas y defendiendo la cultura desde la emoción, el trabajo colectivo y la memoria viva de las comunidades que hicieron de la ciudad la Capital Provincial del Inmigrante.