Abuela coraje

Tiene 82 años y le apretó los testículos al ladrón para defenderse de un brutal robo

Recién a las 9:30 del lunes, la cuidadora que asiste a la jubilada, llegó a la casa y encontró a la mujer visiblemente golpeada y dolorida.
Recién a las 9:30 del lunes, la cuidadora que asiste a la jubilada, llegó a la casa y encontró a la mujer visiblemente golpeada y dolorida.

Ya desde hace mucho tiempo que en la Región la problemática de la inseguridad dejó de ser solo una estadística para convertirse en una amenaza cotidiana, palpable en las calles y, cada vez más, dentro de los hogares. En este alarmante contexto, y tal como vienen reflejando estas páginas a diario, los jubilados se han transformado en el blanco predilecto de este fenómeno. Sin capacidad real de defensa y con la soledad como aliada silenciosa, los adultos mayores enfrentan una violencia que no respeta edades, historias ni límites.

En Berisso, ese drama tuvo en las últimas horas un capítulo brutal. Una jubilada de 82 años, con dificultades para caminar por una reciente intervención quirúrgica, fue víctima de un feroz asalto en su propia casa que terminó con una reacción inesperada: en un acto desesperado, la víctima se defendió con sus propias manos ante la brutalidad del agresor que, cobardemente, la golpeó con fuerza y le robó sus ahorros.

De acuerdo a lo informado por fuentes policiales, el dramático hecho ocurrió alrededor de las 2 de la madrugada del último lunes en una casa ubicada sobre la calle 124 Norte entre 22 y 23, en el barrio de Villa Progreso cuando la víctima se encontraba cosiendo una almohada. En esas circunstancias, fue sorprendida por un delincuente que logró forzar una puerta.

Primero advirtió que su perra ladraba de manera insistente. Al acercarse a la puerta de ingreso, percibió movimientos sospechosos e intuyó que alguien intentaba entrar. Por precaución, tomó un serrucho que tenía a mano, pero al considerarlo poco práctico, decidió dejarlo a un costado.

Sin embargo, minutos después, la peor sospecha se confirmó: un hombre logró colarse por un sector de la cocina que da a un pasillo interno. No era un desconocido. Apenas lo vio, según reveló la jubilada ante las autoridades policiales, reconoció al implicado y no dudó en enfrentarlo. "Al verlo lo encaré, pero él me empujó con fuerza y me tiró al suelo. Caí al lado de la cama y no podía levantarme. Entonces empezó a pegarme sin piedad", relató la damnificada en su cruda declaración.

Lo que el delincuente no esperaba era la reacción de la mujer. A pesar de sus limitaciones físicas, la vecina de Berisso buscó esconderse y, en un desesperado intento por defenderse, se aferró a la zona más sensible del agresor.

Crueldad sin límites

"Le apreté sus testículos con todas mis fuerzas. Lo hice dos veces. Pensé que así iba a dejar de pegarme", explicó la mujer. Sin embargo, temiendo represalias más violentas, optó por desistir, aunque forzó la huida del ladrón.

Antes de retirarse, el implicado se tomó su tiempo para buscar las llaves y recorrer la vivienda. Finalmente, se llevó dos carteras: una donde la víctima guardaba sus ahorros, y otra que contenía documentación y estudios médicos

 

El calvario no terminó allí. Recién a las 9:30 del lunes, la cuidadora que asiste a la jubilada, llegó a la casa y encontró a la mujer visiblemente golpeada y dolorida. De inmediato, la trasladó al Hospital de Berisso, donde permaneció internada durante siete horas, recibiendo asistencia médica y realizándose diversos estudios.

Fuente: Diario El Día

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