Fuente: El Día

No hay mal que dure cien años, versa un viejo refrán... Villa San Carlos consiguió lo que venía buscando desde hace tiempo: un triunfo. Y lo consiguió ayer, en su visita a Sportivo Italiano, al que venció por la mínima diferencia con un gol convertido de cabeza por Federico Slezack, a cinco minutos del final.

De esta manera, el elenco de Berisso cortó una racha de 15 partidos sin éxitos (incluyendo el de Copa Argentina). Ganó por primera vez en este año y como si eso fuera poco, abandonó el último lugar de la tabla de posiciones.

El Celeste venía en alza, sobre todo, a partir del último encuentro frente a Fénix, que terminó 1-1, pero que mereció mucho más que esa igualdad.

Y ayer, sin desplegar un fútbol de alto vuelo, consiguió cristalizar la victoria que tanto anhelaba y que necesitaba para quebrar el maleficio. Con un planteo ordenado e inteligente, los dirigidos por Osvaldo Ingrao trabajaron el partido con inteligencia, ante un Sportivo Italiano impreciso, que no supo cómo descifrar el acertijo que le tejió la Villa.

Dependió muchas veces del andar equilibrado de sus volantes, pero no estuvieron finos en los metros finales. Después del partido, el entrenador Salvador Pasini presentó la renuncia.

La Villa, en cambio, fue paciente. Lo buscó siempre por arriba y por abajo. Y el premio a la insistencia llegó a cinco minutos del final, cuando el defensor Federico Slezack, uno de los referentes del elenco de Berisso, estableció el gol de la victoria. Fue triunfo, alegría y desahogo para todos.

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