La calidad de vida de cada uno de los ciudadanos está vinculada también a la infraestructura en la que se encuentran sumidos.
En nuestra ciudad, y frente al cambio que gobierna liderado por el intendente Jorge Nedela, los pedidos y necesidades de los vecinos están vinculados principalmente a los servicios básicos que puede brindar la comuna, y que todavía son materia pendiente en Berisso.
Desde los innumerables baches en las calles, la recolección de residuos que se brinda de una forma irregular debido a la falta del parque automotor municipal, la realización de asfaltos en arterias de distintos barrios como también de la zona céntrica, y el arreglo de la iluminación en la vía pública que se enfrenta a la faltas de recursos.
Con solo cruzar el charco hacia la ciudad de Ensenada, se nota un avance extremo en este sentido, hecho que le permite al intendente Mario Secco pensar en otro tipo de obras más que las esenciales.
Son cuenta pendiente también los espacios públicos de la ciudad: las plazas se encuentran en un estado de deterioro que, por caso, ponen en riesgo la salud de los niños que utilizan los juegos.
La falta de control y de aplicación de las normas vigentes, que habilita a la comuna a sancionar a aquellos frentistas que no mantengan sus veredas en condiciones, como aquellos terrenos baldíos sin manutención complican aún más el panorama.
Para todo esto se necesita dinero y recursos y gestión, para comenzar a ver un cambio en una ciudad por lo menos desordenada.
La contracara está a la vista, el jefe comunal estuvo más abocado a nombrar coordinadores superando a los de la anterior gestión, en ámbitos que todavía no se explican, como ser la coordinadora de Monumentos Históricos, o la coordinadora de Provincianos o el caso de la coordinación de Migraciones cuando no se han aplicado políticas nuevas en este sentido.
Teniendo en cuenta el panorama de déficit económico que encontró Nedela, ¿era necesario en estos primeros meses de gestión poner en funciones estas áreas con sueldos de 30 mil pesos y más?
La clave está en el discurso del secretario de economía municipal Alberto ‘Beto’ Amiel, cuando manifiesta “hay que achicar gastos” y deja entrever en cada expresión pública su desacuerdo en las decisiones del alcalde.
¿Hasta cuándo soportaran los vecinos él discurso de la “pesada herencia”? Muchos no piden el regreso del anterior gobierno, pero se sienten defraudados con el prometido cambio.
