Segundo puesto

Novato viñatero premiado: “Se me aflojaron las piernas más que cuando recibí el título de médico”

Ecos de otra exitosa Fiesta del Vino de la Costa.
Ecos de otra exitosa Fiesta del Vino de la Costa.

BERISSO, Julio 11 (www.BerissoCiudad.com.ar) En diálogo con BerissoCiudad en Radio, el acreedor del segundo puesto en la premiación al mejor vino correspondiente a la 13ª Edición de la Fiesta del Vino de la Costa, el doctor Claudio Marchioni, se refirió a las sensaciones luego de ser destacado en su producción, a su historia en el rubro y a los encantos de la ciudad de Berisso, entre otras cosas.

“Lo recibí con gran sorpresa. Porque en honor a la verdad yo no soy un productor, soy un aprendiz. Tuve un sueño que fue hacer vino a partir de que compré una casa hace un par de años en Berisso, una casa muy antigua, una de las consideradas patrimonio en su fachada”, comenzó relatando.

Y luego hizo hincapié en una parra de más de cien años que estaba en esa propiedad que adquirió: “por cuestiones de construcción iba a desaparecer, con lo cual yo me opuse, la cuidé, les dije a los albañiles que no toquen ni una ramita, que no se caiga ni un pedacito, que no se le caiga cemento. Después de un año buscando en Google me animé a podarla y esta temporada parece que lo hubiera agradecido y dio montones de racimos de uvas. Era impresionante”.

Asimismo, compartió para del arduo trabajo que realizó el médico del hospital de Berisso sobre su parra. “Me ocupé de que todos los racimos estén protegidos y sostenidos, después ante el ataque natural de los pájaros que querían comerse las uvas le puse una red de protección, trapitos para hacer de espantapájaros. Fue un cuidado intensivo de esa parra, inclusive con amenazas a los albañiles”, bromeó.

En este marco, el doctor Marchioni resaltó la figura de Francisco “Pancho” Domínguez, quien colaboró con el médico en su nuevo rol de productor de vino.

“Francisco, uno de los productores de vino de toda la vida y miembro de la cooperativa, muy gentilmente y con amor me ayudó a producir. Y así comenzó todo, comenzamos a producir el vino que iba a ser para mí a ver cómo salía. Y agregamos uvas de la gente de Los Talas y terminamos haciendo un vino que se cuidó mucho, yo decía que iba a ver al bebé a Los Talas, porque había que ir cuatro o cinco veces por día a ver todo el proceso. Sí, terminó saliendo este vinito” relató con emoción.

Hay que destacar que fue grande la insistencia de los allegados de Marchioni para que presentara su producción al concurso, dado que el mismo no consideraba oportuna la idea ya que su campo de desarrollo profesional es la medicina y la realización del vino fue sumamente artesanal.

“Terminé presentándolo y con una lindísima sorpresa, una emoción muy grande. No era el fin, no lo esperaba, pero sí fue hecho con mucho amor, mucho cariño y trabajo”, manifestó.

Luego precisó que el vino no está pensado para ser comercializado: “no se vende. Abajo tiene una frasecita que dice ‘solo para seres queridos’ así que está para compartir con amigos, familiares y seres queridos, no para ser vendido”.

En cuanto a la posibilidad de continuar en el rubro, el médico dijo: “tengo mucho trabajo con mi profesión, pero soy una persona muy inquieta, me gusta emprender cosas. Así es que seguramente esto seguirá, pero siempre de forma artesanal, para mis amigos, para mí. No por algo comercial”.

“Que con esto quede una enseñanza. Y es que aquel que se proponga hacer algo, con ganas, esfuerzo, corazón y amor lo podes lograr. Todos los chicos que no tengan ocupación, que estén desempleados, abuelos jubilados, que encaren una vocación porque cualquiera puede hacer lo que se proponga. Hay que ponerle fuerza y corazón”, exhortó.

En esta misma línea, el doctor Marchioni remarcó la incondicionalidad de sus familiares y allegados: “siempre me acompañaron, por ahí se reían y me decían ‘¿vino vas a hacer?’. Sí, vino. Y me acompañaron en todo momento. Hasta en el momento de la vendimia, yendo a juntar los racimos, juntándolos, separándolos, haciendo el prensado. Agradezco mucho también a ‘Pancho’ Domínguez que fue el alma mater de esto”.

Por otra parte, Marchioni describió el momento de la premiación: “no me lo esperaba, quizás esperaba alguna mención como para alentar a la gente. Pero estaba con un amigo y cuando me nombraron a mí en el segundo premio, ante tanta gente productora de años, se me aflojaron las piernas más que cuando recibí el título de médico. Mi señora y la nena me sacudían y me decían ‘sos vos’. Se me aflojaron las piernas, ya te digo que cuando me recibí de médico venía años preparándome, pero esto fue de sorpresa”.

Al referirse a la fiesta en sí, Claudio opinó que “fue muy linda. Al principio yo dudé del lugar, por lo lejos, por lo oscuro. Pero estuvo muy bien organizada con una buena playa de estacionamiento, se llegó bien, bien cuidado. Todo muy lindo”.

Respecto a su historia, el doctor comentó que hace más de 30 años que trabaja en el Hospital de Berisso, desde sus años de practicante.

“Yo vine a Berisso cuando tenía seis meses. A la calle Nueva York, mis viejos tenían la primera panadería, que está al lado del famoso bar inglés London (hoy Raíces) de la familia Cruz. Mis padres eran de Ensenada, y compraron la panadería y vinieron. Yo viví en la época en que la Nueva York tenía el esplendor de lo que eran los frigoríficos, había puestos, cada local que hoy vez con chapas cerradas era un comercio floreciente. Había panadería, mercería, sastrería, bicicletería, armería, tiendas, lo que se te ocurra, con líneas de colectivo, tranvía. Después mis viejos compraron en Montevideo y 9, ahí yo empecé con el consultorio, después me casé y seguí mi vida, pero siempre en Berisso. Toda la vida acá en Berisso”, cerró con añoranza el galeno. (www.BerissoCiudad.com.ar)

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