El precandidato a intendente por Principios y Valores, Ariel Leguiza, disparó contra los modos de esta gestión que de popular, según él, no tendría nada. Una campaña donde lo que se hace no coincidiría con la realidad vigente.

"La cumbia está buena para una fiesta. Lo que pasa es que estos muchachos se disfrazan o autoperciben de populares y peronistas", disparó sobre el inicio, afirmando que esto nos perjudica "porque son quienes están gobernando".

En medio de una campaña donde la puesta de cartelería es más que cuestionada, Leguiza comentó que lograron poner dos pasacalles que "los arrancaron". Accionar que si bien es parte del folklore eleccionario "molesta", porque detrás de esos anuncios "hay personas".

Situación que supo distinguir con la campaña que lleva a cabo la actual gestión: "Cada cartel de Fabián Cagliardi sale 1200 pesos. Entonces, si inundás Berisso con eso hay una diferencia ¿y vas a sacar los cartelitos nuestros? En nuestro caso hay una persona que los pinta, del otro hay máquinas sin un espacio humano que ponga la vocación".

Pero yendo a lo concreto y a las posibles conversaciones que se puede dar entre las fuerzas, recalcó que "vos podés dialogar cuando percibís que puede haber algo en común. En una declaración dije que los considero mis enemigos, porque estos tipos vienen a matarnos de hambre. Hay familias que la están pasando mal".

"Estos tipos vienen al poder, están cuatro años y después ven la forma de seguir cuanto más", acotó.

Liviandad que nada tendría que ver con la postura ejercida desde el espacio de Principios y Valores que, ante la exposición dio lugar a la aparición de "compañeros" interesados en sumarse.

"Yo les digo que se sumen pero que demuestren la capacidad que tienen. Vos vení y trabaja un mes demostrando que tenés la capacidad de gestión", manifestó el precandidato como parte de su estrategia para evaluar si se tiene una verdadera convicción.

Y añadió que su sector cuenta con un plan económico de cómo generar la fuerza para salir adelante. Escrito que difiere de la improvisación.

Por otro lado, habló sobre los opositores y dijo: "Cuando pasa un amarillo hay olor rancio; no sucede lo mismo cuando pasa un peronista. Nosotros tenemos un proyecto de país escrito. La gestión no es fácil, pero necesitás tener una cabeza. Hay una falta de respeto hacia toda la sociedad".

En esto, la vuelta de la cuadrilla, sería uno de los tantos proyectos que se perfilan de ganar las elecciones.

También pidió que se tenga presenta la historia porque "Mauricio Macri fue a pedir plata para endeudarnos cien años; hay que hacer memoria, con Macri fue a pedirlo con Sergio Massa. Esas cosas el vecino las tiene que tener presentes. Donde pasan los amarillos dejan el olor rancio, no crece el pasto. Van a pedir más deuda y no hay diferencia entre un Macri o un Massa".

"La realidad de Berisso no puede pasar por un tema de cumbia o por colgar un pasacalle. Nosotros tenemos que garantizarle el laburo a nuestros pibes", planteó, sobre todo cuando "vengo de un lugar donde la tolerancia sobre ciertas cuestiones no me deja llamar compañeros a quienes están haciendo mal las cosas. Tenemos una diferencia tremenda con quienes están en la gestión de Fabián".

En lo local "el que tiene la birome es Fabián y los que lo rodean saben el lugar que está en juego, se tienen que asegurar su empleo. Le tenés que mirar la mano a ver si son trabajadores o no; los sacas de la política y no saben a hacer la 'o' con un vaso".

Acusación similar que salpicó a quienes manejan las cooperativas ya que, de estar él, es "un curro que se termina".

Sumado a ello, puso la marca sobre los que rodean al intendente "como los Mincarelli y los Slezack, que son cómplices".

El adversario "está adentro", por eso "es necesario salir y sacar la diferencia", aparte de la autocrítica hacia el peronismo que desde su lugar la hizo cuando rompió con la orgánica.