En diálogo con BerissoCiudad en Radio, el gerente de la Cooperativa Clínica Mosconi, Salvador Espósito, se refirió al año que debieron afrontar y a la proyección para el que vendrá.

Al frente de la línea de batalla y formando parte trascendental del esquema sanitario local, la clínica vivió un año de desafíos, de tensión y de mucho profesionalismo puesto a disposición de la vida de los berissenses.

“Costó hacer un balance porque fue un año inusual, inédito y catastrófico. Nos cambió la vida a todos. En nuestro caso como organización de la salud nos pegó fuerte, con 36 compañeras infectadas, seis profesionales, un profesional fallecido. Una tristeza muy grande y no estábamos preparados”, comenzó informando Espósito, sosteniendo que esto se dio pese al sinfín de capacitaciones.

“Hoy estamos todos juntos, seguimos luchando gracias al aguante de los pacientes de Berisso. Nos apoyaron y eso se siente, levanta el ánimo”, enfatizó el referente de la cooperativa.

El mes de septiembre fue el más complejo, en octubre se logró el equilibrio, pero al día de hoy se sigue contando con clínica llena, dado que por el aislamiento de pacientes de COVID la infraestructura debió reducirse.

“De 43 camas usamos 25 porque se anulan espacios, no podemos poner a un sospechoso con un positivo”, graficó.

Así aprovecho la ocasión para recordar que “esto va a seguir, no pasa Año Nuevo y se termina”, con el panorama agravado por el agotamiento social.

En cuanto al impacto de la vacuna en la clínica, Espósito dijo que “son tantas las cosas que se dicen… Hay esperanza, ahora van a vacunar a todas enfermeras y médicos de terapia y ya nos pidieron el listado de todos. De todos modos, los cuidados como el uso del barbijo, lavado de manos y distanciamiento van a tener que seguir”.

Asimismo, llamó a la concientización con el mensaje de que “nos tenemos que vacunar todos, en la guerra de las vacunas no entramos los civiles, acá nos tenemos que vacunar todos”.