El Astillero Río Santiago (ARS) atraviesa una de sus etapas más complejas de los últimos años. A las dificultades económicas y la falta de conducción clara se sumó ahora un profundo conflicto interno por ascensos irregulares y reclamos de transparencia sindical, que derivaron en múltiples asambleas y fuertes cuestionamientos a la cúpula de ATE Ensenada.
Ascensos polémicos y malestar en la planta
El detonante fue la reciente asignación de categorías de “personal superior”, con sueldos que rondarían los 4 millones de esos, a dos dirigentes sindicales: Lorena Benaglia y Diego Seimandi. Ambos integran la comisión administrativa del gremio y no realizan tareas operativas en la planta.
Los trabajadores denuncian que estos ascensos habrían sido autorizados por el gerente general del ARS, Gonzalo Ibendahl, mientras numerosos operarios de producción continúan a la espera de recategorizaciones pendientes desde hace años. “Es un caso de corrupción interna”, expresaron obreros de distintos sectores, quienes reclaman que los dirigentes involucrados devuelvan los ascensos y renuncien a sus cargos sindicales.
Asambleas sectoriales y exigencia de medidas
Luego de varias reuniones, sectores como Soldadura y Gradas coincidieron en que las categorías otorgadas a dirigentes muestran una “priorización inadmisible”. Exigen:
• Reapertura de paritarias
• Discusión salarial en asamblea
• Respeto al criterio histórico de tres años de antigüedad entre categorías
• Explicaciones formales sobre las promociones otorgadas
De no obtener respuestas, advierten que todos los sectores confluirán en una acción gremial unificada.
Una Asamblea General que terminó en ruptura
La Asamblea General realizada a comienzos de semana, convocada como instancia de diálogo, terminó profundizando las diferencias.
Trabajadores denunciaron que los temas sensibles no fueron tratados, entre ellos:
• Transparencia en el manejo de fondos
• Privilegios dentro de la estructura sindical
• Condiciones del comedor
• Ausentismo sin sanciones
• Ingresos de personal presuntamente vinculado a la dirigencia
El malestar se hizo visible cuando varios operarios remarcaron que, mientras se mencionan cifras millonarias en la administración, el servicio de comedor es deficiente. “Nos dan un sándwich de fiambre y una naranja”, describió un empleado de Gradas.
Otro punto de enojo fue la supuesta incorporación de familiares de dirigentes sindicales en medio de la crisis financiera. Incluso, un sector planteó la posibilidad de desafiliarse de ATE Ensenada y pidió una investigación sobre el uso de fondos internos.
La dirigencia de ATE y una agenda que no conforma
La conducción liderada por Francisco Banegas presentó su propia agenda: movilización a Gobernación, críticas al gobierno nacional de Javier Milei, reclamos salariales y pedido de renuncia del gerente Ibendahl.
Sin embargo, gran parte de la base consideró que estas propuestas no daban respuesta a los reclamos concretos del ARS. “Usaron la asamblea para hablar de política nacional y no de lo que vivimos acá”, señaló un delegado de Soldadura.
Un futuro incierto
Mientras avanzan los reclamos por transparencia, mejoras salariales y un reordenamiento institucional, el Astillero Río Santiago se encuentra en un punto crítico.
La falta de conducción, el desgaste gremial, las denuncias de privilegios y la discusión legislativa sobre su posible privatización colocan al ARS en un escenario de máxima tensión, donde los trabajadores buscan recuperar confianza y definir el rumbo de una de las empresas estatales más emblemáticas de la Provincia de Buenos Aires.
La conducción del Ate patea la pelota y no se hace cargo que dejaron de ser representantes
Por último, en medio del clima de tensión, los trabajadores denunciaron que la conducción gremial intenta desviar el eje del conflicto responsabilizando a exdirigentes, como en el caso de Vicente “Pachuli” Ignomiriello, difundiendo imágenes y versiones que —según sostienen— buscan confundir a la base sin abordar el problema de fondo.
En contraste, empleados del sector Sanidad afirmaron haber sido testigos directos de cómo integrantes de la comisión directiva obtuvieron ascensos en tiempo récord y cómo, horas después, el sistema dejó de permitir el ingreso, generando consecuencias graves para los operarios: desde la falta de cobertura ante accidentes laborales hasta nuevas situaciones de vulnerabilidad administrativa.
Para los trabajadores, este accionar evidencia que la prioridad de la conducción no es aclarar las denuncias ni garantizar transparencia, sino dilatar el conflicto y desplazar las responsabilidades, mientras la planta continúa sin respuestas concretas y en un estado creciente de incertidumbre.