Solicitada

El padre de la Democracia, el maestro militante

Desde Berisso, la Juventud Radical de la ciudad, quiere recordar al hombre que nació un 12 de marzo de 1927, un hombre de energía desbordante, el hombre que encarno al Preámbulo hasta su última letra, queremos recordar a Raúl Alfonsín, el hombre que se convertiría en el padre de la Democracia moderna, quien encabezó el retorno del país al camino constitucional.

Nadie podrá discutir la austeridad y humildad con la que vivió Raúl Alfonsín. Será más difícil de aceptar para muchos que es el rostro del triunfo de las ideas, la Democracia y el pluralismo. Desde su militancia en Chascomús hasta su respiro final ese triste 31 de marzo de 2009.

El padre de la Democracia juzgó, cuando el resto de sus adversarios políticos hablaban de amnistía u olvido, a los cabecillas de la Dictadura cuando aún tenían influencia en el ejército, cuando tenían la capacidad de destruir, de expresar sus cruentos discursos con una soberbia indignante, cuando no fingían debilidad. Raúl Alfonsín a pocos días de asumir la presidencia, cumplió con su promesa de un juicio civil hacia los responsables directos de la Dictadura, hecho único en el mundo. 200 militares presos hasta el gobierno de Menem que luego indultó a cada uno.

No se hizo Democrático y luchador por los Derechos Humanos de un día para el otro, ni buscabas sinónimos para hablar de la realidad y así disfrazarla. Desde el gobierno creó el “Consejo para la Consolidación de la Democracia” con ciudadanos de los puntos de vista más dispares, de profesiones distintas. Esa amplitud no fue utilizada para el bien de la República sino que fue motivo de asedio constante de los poderosos.

Quién otro sino Raúl Alfonsín se hubiese parado con una firmeza frente a las armas cargadas y prestas a ser utilizadas de los retrógradas carapintadas y a los herederos de la guerrilla setentista.

Le preguntó al pueblo, en una muestra de Democracia inédita hasta nuestros días, sobre lo que la Argentina debía hacer frente al conflicto del Beagle con Chile. En ese momento no ganó un partido político, ganó una forma de gobernar y, más importante, ganó la paz.

Durante su gobierno no hubo presos políticos, ni leyes persecutorias, ni organismo de prensa clausurada, ni intervenciones en las provincias, ni en sindicatos ni en universidades. Fue participe de otro hecho histórico: entregó el mando a otro presidente elegido democráticamente siendo este un logro que debemos reconocer ya que no se había conseguido en los periodos constitucionales del 52, del 58, del 63 y del 73.

Los valores y méritos de Raúl Alfonsín no pueden ser ignorados, más que nunca debemos seguir su ejemplo para ayudar a nuestro país, para quela tolerancia, equidad y la convivencia social y política gane todos los pueblos, las ciudades, las provincias y la Nación Argentina. 

 

Juventud Radical de Berisso

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