Política portuaria

En quién confía Scioli los destinos del Puerto La Plata

Mariano Goyenechea, presidente del Puerto La Plata.
Mariano Goyenechea, presidente del Puerto La Plata.

Mariano Goyenechea, el presidente de Puerto La Plata, tiene la naturaleza de la política sciolista: le imprime calma al preludio de la tormenta que se avecina a fines de año, no sólo con la inauguración de Tecplata, la terminal de contenedores de Berisso, sino cuando se devele el misterio de qué naviera dedicará un servicio allí, qué importancia tendrá ese servicio y qué terminal competidora saldrá perjudicada con la pérdida de un cliente.

Goyenechea fue secretario privado de Daniel Scioli. Durante 12 años, este correntino criado en la Capital, fanático de Pearl Jam y aficionado a la caza mayor, fue su sombra y su designación, por ejecutiva que sea su gestión, simboliza el interés que el gobernador tiene en el puerto, en la logística, en el transporte. Puso a alguien de su extrema confianza para que siga de cerca los pasos previos a la inauguración. Pero, sobre todo, para que avance sobre la cabecera Ensenada. Allí, aprovechando el dragado que encaró Tecplata (y los potenciales accesos que estarían listos, en algún momento), la provincia se reservaría la posibilidad de crear una nueva terminal polivalente: contenedores, carga proyecto y autos.

Evade el presidente del consorcio todo combustible que alimente una polémica en el puerto. Fiel al estilo de su jefe, descarta que los conflictos institucionales y gremiales que subyacen en el puerto no puedan resolverse sin mayores problemas. Uno de ellos es la postulación de Miguel Ángel Sánchez -un hombre de Mar del Plata, gerente del astillero del subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti- como director del consorcio en lugar de Francisco Gliemmo, un industrialista de La Plata. El otro, la interna entre el SUPA y la Fempinra por los puestos de trabajo en Tecplata.

"Es una cuestión que debe resolver la empresa", dice respecto de este último punto en diálogo con La Nacion. "No estamos ajenos. Siempre hay conflictos, no nos sorprende. "Son cosas que pasan y no hay que dramatizarlas. La empresa es muy grande y está en la recta final, en la incorporación de gente. Se va a resolver", amplía.

Respecto de los accesos, el déficit más preocupante del puerto según lo que muestra la realidad, Goyenechea también ensaya una tranquila explicación: "Tecplata hizo una avenida de acceso de 600 metros con lugar de espera de camiones. El puerto la continuará unos 900 metros más", agrega.

En 2009, al inaugurar la piedra fundamental de la obra, la presidenta Cristina Kirchner prometió la faraónica continuación de la autopista Buenos Aires-La Plata a las puertas de la terminal. La terminal se inaugurará antes de que la UTE Helport y Esuco arranquen aquella obra calculada en 900 millones de pesos por cuenta y orden de Vialidad Nacional. "Deberían empezar antes de fines de año", dice Goyenechea. Extender la autopista demandaría más dos años y medio para los 11 kilómetros. El contrato incluye transformar en doble mano al Camino Rivadavia, uno de los accesos clave al puerto, junto con la 43 y la avenida 60.

"La provincia planteó obras complementarias, en caso de no contar con esta obra clave. Vialidad Provincial repavimentará la 122, que será el camino obligado de los camiones al puerto; también la 60, y el rediseño de distintas rotondas. Son obras inminentes, por 70 millones de pesos, que en febrero estarían listas", señala.

En tanto, Tecplata está lista, esperando la llegada, alrededor del 22 de septiembre, de las grúas y el resto del equipamiento. "Es un sueño para él", ilustra, Goyenechea, respecto de la importancia que reviste para Scioli contar, finalmente, con un puerto de contenedores en La Plata, "porque siempre hubo intereses en contra por parte de las terminales establecidas en el puerto de Buenos Aires", advierte.

¿Capitalizará Tecplata la ventaja comparativa que tiene también otra terminal bonaerense, Exolgan, respecto de Puerto Nuevo en lo que refiere a las tasas a las cargas? Este "fondo" que se cobra por cada contenedor de importación y exportación en Buenos Aires son giradas a la AGP; en Exolgan, en tanto, quedan para la terminal. Es una verdad implícita que este punto quita u otorga un mayor margen de maniobra en la negociación con las navieras. Cada servicio que una terminal pierde, y que otra gana, son varios puntos de la facturación global.

Goyenechea, cauto, señaló desconocer aún qué línea podría debutar en Tecplata. "En una segunda etapa, la terminal va a tener una capacidad para 800.000 TEU", arriesga, y redobla la apuesta con los planes de Ensenada: "Es inminente su arranque, tendrá carga general, contenedores, autos y máquinas". El formato sería también una concesión. El puerto, en tanto, termina la construcción del sitio 4 en la cabecera de Ensenada, que opera el consorcio. Si le suma el terreno adyacente, la Península de los Perros, Ensenada tendría un potencial de 42 hectáreas, lo mismo que Tecplata. "Estas son tierras de la provincia", aclara Goyenechea, como si hiciera falta dejar en claro que los hermanos Alfredo y Ricardo Román no son dueños de todas las tierras con frente de agua en la provincia de Buenos Aires.

Fuente: LA NACION - Nota publicada el Martes 27 de agosto de 2013

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