El reconocido abogado Fernando Burlando, representante legal de la familia de Brenda del Castillo, una de las víctimas del triple crimen que conmocionó a la Argentina, dialogó con FM Berisso Ciudad sobre los avances en la causa, el trasfondo del narcotráfico y la crudeza de un caso que calificó como “sin precedentes en la sociedad argentina”.
En principio, Burlando recordó cómo llegó a representar a una de las familias. “En realidad desde el primer momento las familias se pusieron en contacto. Inicialmente estaban todas muy desprotegidas y distintos familiares se acercaron al estudio para ver si podíamos poner nuestra estructura a disposición. Dijimos que sí, que no había ningún problema, aunque en ese momento ellos estaban atravesados por el dolor de despedir a las criaturas. Con el correr de los días aparecieron colegas y finalmente terminamos representando a la familia de Brenda. Estamos muy contentos de participar en esto que es un hecho sin precedentes en la sociedad argentina”, relató.
Consultado sobre el impacto social del crimen, el reconocido abogado no dudó en señalar que la masacre muestra crudamente la realidad del país. “Nosotros pensamos que vivimos en una sociedad donde estas cosas no pasan, pero la verdad es que esto sucede. Todas las problemáticas que exhibe esta investigación son las de la mayoría de la gente: carencias, falta de educación, falta de valores. Y como contrapartida, el aprovechamiento de la vulnerabilidad, el odio, el resentimiento, la impunidad y el salvajismo. Si ustedes tuvieran posibilidad de acceder a las operaciones de autopsia, creo que estaríamos teniendo otro tipo de charla ahora. Terrible”, describió.
El abogado destacó el trabajo del fiscal a cargo de la investigación. “Por suerte la causa avanza. La investigación la lleva adelante un gran fiscal, que ha hecho las cosas de la mejor manera, con celeridad y compromiso. Cuando las respuestas vienen de esta manera, veloces, es una tranquilidad para la familia. Porque investigaciones que se demoran pueden trabarse o incluso lograr la impunidad”, señaló.
También se refirió a los perpetradores del brutal crimen en particular, del principal apuntado “Pequeño J”. “Es una persona que participó del crimen, igual que (Matías) Ozorio y los demás detenidos. Dentro de la estructura del narcotráfico ocuparía un tercer o cuarto nivel. Cuando decimos que es un ‘perejil’, lo decimos en ese sentido: no es Pablo Escobar. Si se hubiese combatido correctamente al narcotráfico, este hecho no hubiese sucedido. Pero dentro de la estructura de este crimen, es uno de sus autores”, sostuvo.
“Seguramente habrá más detenidos. Esto fue un crimen organizado, con una logística que no fue ocasional. Días antes ya sabían todos los involucrados que esto iba a pasar. Fue un mensaje concreto para estas chicas, pero también para una sociedad que está bajo la esfera del narcotráfico”, agregó.
Burlando advirtió que el narcotráfico hace tiempo opera con fuerza en la Argentina. “Hace muchos años que el narcotráfico dijo presente en la Argentina. Lo anunciamos mucho antes del caso Candela. Las autoridades, la política y el Poder Judicial fueron observadores de cómo se agravaba la situación, cómo crecía la falta de educación, de posibilidades de trabajo y, en paralelo, el crecimiento inusitado del narcotráfico. Hace tiempo dejamos de ser un país de tránsito. Hoy es otra realidad, mucho más grave”, sentenció.
“Cuando ves criaturas que van a trabajar a Flores, o que caen bajo las garras de los narcos, te das cuenta que falló todo. Absolutamente todo. Desde Florencio Varela hasta Capital Federal se da esta disputa territorial de los narcos. Y ahí está la verdadera postal de un Estado ausente”, observó.
Por otro lado, el letrado no ocultó la crudeza de lo que mostraron las pericias. “Fue un hecho horrendo. Si ves las fotografías de las autopsias, de cómo quedaron esos cuerpos, esos rostros, te das cuenta de la atrocidad. A una de las chicas directamente le tuvieron que poner el aparato digestivo en una bolsa para unificarlo y hacer la diligencia. Rostros totalmente deformados, cuellos cortados, dedos mutilados, abdómenes abiertos de punta a punta. Esa es la verdad. Y omitirlo nos hace mal porque salimos de la realidad”, indicó.
Por último, desmintió versiones sobre la difusión del crimen en redes sociales. “Hasta ahora no ha surgido nada que nos represente o pruebe que este hecho fue filmado y transmitido en directo, como se decía. Eso no está en el expediente”, concluyó.