En primera persona

“Me di cuenta que me estaba muriendo, la única esperanza era que me ayuden a respirar”

El doctor Fortunato ganó la batalla.
El doctor Fortunato ganó la batalla.

Tras meses de pelear contra el coronavirus, habiendo salido de terapia intensiva y de la asistencia respiratoria mecánica, luego superar instancias de rehabilitación por las consecuencias del virus, el doctor Fortunato García Vásquez volvió a la Clínica Mosconi donde fue recibido entre lágrimas y aplausos. Ese mismo día el soldado que se recuperó y volvió a la trinchera dialogó con BerissoCiudad para expresar su sentir.

Ya con el alta médica y habiendo recuperado un poco de sus fuerzas, el médico terapista aseguró que “es una felicidad volver a la clínica que para mí es una familia, nos queremos todos y queremos el bienestar y la salud de Berisso. Volver al lugar donde uno se formó y empezó a generar raíces, notando que con el tiempo el pueblo de Berisso reconoce, dan más ganas de seguir”.

Enorme emoción en un relato crudo del profesional de la salud: “es difícil volver porque al principio uno tiene miedo y terror, estuve en situación crítica sin saber si iba a sobrevivir. Uno se cree que es fuerte sin enfermedades, pero cuando te sucede tomás conciencia de lo grave; pero nosotros estamos para esto, al principio me costó decidir el volver pero estamos para tratar de ayudar”.

Fortunato García Vásquez siendo profesional de la salud en su proceso de enfermedad fue consciente de su complicación, hasta que llegó al respirador.

“En el comienzo de los síntomas uno cree que va a ser leve, la mayoría responde de esa manera. Y hay un periodo donde comienzas a sentirte distinto y uno médico se da cuenta de que las cosas no van andar. Y comienzas a entrar a la etapa en donde empeoras, comenzó a faltar el aire, no querés comer, sentís irritación, estás confuso mentalmente”, relató el médico.

El terapista ingresó a sala de aislamiento, dentro de las 48 se comprometió su estado clínico y de conciencia, además “no podía respirar y ahí me di cuenta de que me estaba muriendo y la única esperanza era que me ayuden a respirar”.

“Cuando me pasaron a terapia intensiva le tuve que pedir a los médicos que me intubaran porque no me entraba más aire, ellos querían evitar hasta las últimas consecuencias pero ahí tuve la decisión bastante clara”, indicó aclarando que una vez que hay asistencia respiratoria “uno no sabe qué puede suceder” ya que si bien es la única manera eso puede generar consecuencias “y uno siente que está perdiendo la vida, ahí uno piensa en el sufrimiento de los pacientes”.

Una semana después de la asistencia respiratoria el médico respondió y su organismo se mantuvo con buena función.

“Cuando me despierto comienza una nueva etapa, si te despertás”, manifestó Fortunato, añadiendo que luego hay que paliar el deterioro del cuerpo.

Destacó también el rol y la importancia de cada persona al frente de esta pandemia: “son importantes todos, los enfermeros, los que te dan de comer, el trato, los médicos, quien está en farmacia. Todos ayudan a que el paciente pueda volver y esto cuando uno encuentra estas cosas es agradecido. Nosotros desde hace años hacemos esto pero cuando se vive del otro lado, se entiende”.

De vuelta al ruedo.
De vuelta al ruedo.

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