BERISSO, Mayo 10.-(BerissoCiudad.com.ar) Corría la década del ‘30 y la calle Nueva York vivía las 24 horas. Sus seis cuadras de empedrado y olor a río desprendían el bullicio cosmopolita de los bares, restaurantes, el cine, las casas de juego clandestino, pensiones, conventillos, sastrerías, zapaterías y joyerías.
Eran épocas de esplendor y pleno empleo. Miles de extranjeros: sirios, búlgaros, griegos, croatas, polacos, españoles, italianos, lituanos, ucranianos, rusos, rumanos, serbios, árabes, judíos, turcos, armenios, eslovenos, franceses caminaban su empedrado para ir a trabajar a los frigoríficos Swift y Armour.
“Yo era chaqueadora en el frigorífico Swift, me acuerdo que siempre nos tomábamos un café en los bares que había”, cuenta a Hoy Carmen Mansilla, una vecina de Berisso que rememora sentada en la vereda de su casa los años en que la calle era un bullicio constante.
“Allá había una mueblería, ahora es un almacén; allá había una farmacia, en la otra cuadra había un turco que daba créditos. Ahora, de todo eso ya no queda nada”, rememora con precisión.
De la calle más cosmopolita de la provincia de Buenos Aires queda una intensa memoria urbana, testimonio y símbolo de hechos que signaron la historia de Berisso y la región: la inmigración, los frigoríficos, el puerto y el 17 de octubre de 1945.
El 24 de junio de 1871, la llegada del saladero San Juan impulsó el desarrollo del primer caserío. En 1904 se inauguró
Pero en 1983 cerró el último frigorífico y las luces de Nueva York se apagaron. Entonces hubo una gran emigración; el cine fue demolido y muchas viviendas abandonadas fueron usurpadas.
Hoy, de los 120 comercios que funcionaban sólo unos pocos quedan abiertos y del resto únicamente se conserva el frente con persianas bajas y candados. También reina el silencio y la quietud; los perros hacen la siesta en la vereda y algunos vecinos colocan una vela en un monumento al Gauchito Gil.
Todavía persisten algunos hitos de valor arquitectónico, como el conventillo
El 27 de junio de 2005 sus emblemáticas cuadras fueron declaradas Lugar Histórico Nacional. Hoy mantienen vivo su espíritu y son motivo de orgullo para
Fue el escenario de la película de Cipriano Reyes
En las calles de Berisso se filmó la película Cipriano Reyes, basada en relatos autobiográficos del mítico líder político y sindical que fue artífice de la movilización popular del 17 de octubre de 1945 (ver aparte).
Parte del rodaje se desarrolló en
También se rodó una escena que recordó un histórico acto que realizaron el coronel Perón y Cipriano Reyes en una plaza de Berisso.
El filme reunió a más de 250 actores y extras, y se rodó en el distrito y algunos sitios de Ensenada, como la estación Dock Central, durante los meses de febrero, marzo y abril. Es una producción de
Según el guión, el relato comienza cuando Cipriano Reyes llega a Berisso en 1942, y cuenta cómo, en poco más de 3 años, construye una enorme fuerza político sindical que desemboca en el 17 de octubre de 1945.
La película construye una mirada sobre los inicios del peronismo y la casa de Reyes es el punto neurálgico de la acción.
Se filmó en una vivienda de chapa y madera típica de la época, con un local comercial
al frente.
Cuna del 17 de octubre
Ese día se produjo en Buenos Aires una gran movilización obrera y
sindical que exigía la liberación del coronel.
Por la calle Nueva York todos los días circulaban 17 mil obreros, unos seis mil trabajaban en el Armour y otras 11 mil en el Swift. Por esa razón fue muy importante el número de trabajadores que salió de Berisso.
Los obreros no ingresaban a trabajar en las fábricas y talleres e iban recorriendo los establecimientos vecinos invitando a abandonarlos a quienes se encontraban en ellos, para luego marchar coreando consignas en favor de Perón.
Inicialmente,
Mientras tanto, el entonces ministro de Guerra, general Eduardo Avalos, observó a los manifestantes y se negó a movilizar las tropas de Campo de Mayo.
Avalos, debido a que la manifestación se disolvería por sí sola, accedió a entrevistarse con Perón. Tuvieron una corta reunión en la que pactaron las condiciones: Perón hablaría a los manifestantes para tranquilizarlos, y obtendría que se retiraran.
A las 23.10, y ante una multitud, Perón salió al balcón de
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