Leandro Zandueta y Faustina Fontana, miembros de la Comisión Directiva del Sindicato de Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires (SOSBA), visitaron los estudios de FM Berisso Ciudad para dialogar sobre la situación que atraviesan los trabajadores del sector y el rol activo del gremio en un escenario socioeconómico cada vez más complejo.
“Estamos atravesando un contexto muy difícil”, señaló Zandueta, al referirse al impacto de la crisis económica en la vida cotidiana de los trabajadores. “Lo económico, lo social, todo está complicado. Desde nuestro lugar buscamos garantizar una vida digna para los compañeros, con buenos salarios y estabilidad, algo que hoy parece cada vez más lejano”. Expuso.
Faustina Fontana, por su parte, dijo que “nosotros representamos a trabajadores y trabajadoras de obras sanitarias en toda la provincia de Buenos Aires, que no está exenta de lo que pasa a nivel nacional. Pero en el SOSBA también estamos muy enfocados en la vida interna del sindicato, con políticas de educación, capacitación y contención social para nuestros afiliados”, explicó.
Los dirigentes gremiales pusieron el foco en la función que cumplen quienes trabajan en el sector del agua y saneamiento. “Cuando hablamos de trabajadores del agua, hablamos de salud pública. Sin agua potable no hay prevención posible y eso quedó clarísimo en pandemia”, subrayaron.
El gremio representa a trabajadores de ABSA, cooperativas, municipios, SAPEM y de la Autoridad del Agua, un organismo clave que regula el uso del recurso hídrico, su calidad y explotación. “Es un trabajo técnico, profesional y esencial. El gremio tiene una raíz histórica muy fuerte, viene de la vieja Obras Sanitarias y hoy mantiene esa responsabilidad social de cuidar un recurso vital y asegurar su acceso a todos los habitantes”, explicaron.
A pesar de los recortes y cierres, como el del OCABA, organismo de control eliminado durante el gobierno de María Eugenia Vidal, SOSBA sigue empujando políticas públicas para fortalecer el sector. “Desde el sindicato se elaboró un plan estratégico de agua y saneamiento para los próximos 30 años, que fue presentado a los distintos gobiernos provinciales e intendentes como un aporte técnico y político”, afirmaron.
Fontana resaltó la importancia del enfoque integral del gremio. “Más allá de la paritaria, tenemos un compromiso con la calidad de vida. Contamos con un polo educativo en Ensenada, donde se dictan cursos de oficios, carreras terciarias y finalización del secundario, incluso de forma virtual. Es parte de un proyecto político que busca brindar herramientas reales”, indicó.
La mutual del gremio también cumple un rol clave, con subsidios y asistencia para los afiliados que enfrentan la dificultad cotidiana de llevar un plato de comida a su mesa. “Esa es una pregunta frecuente: ¿qué hacen los sindicatos? Bueno, también hacemos esto. Porque somos trabajadores, no gerentes ni empresarios”, aclaró.
Mujeres en obras sanitarias
Uno de los puntos más significativos fue el avance en la inclusión de mujeres en sectores históricamente masculinizados. Desde 2010, SOSBA trabaja en esta transformación con la creación de la Secretaría de la Mujer, que en 2021 se redefinió como Secretaría de Género. “Hoy hay compañeras en cuadrillas, plantas potabilizadoras, en sectores operativos donde antes sólo había varones. Tenemos más de 100 compañeras incorporadas en toda la provincia. No fue fácil, tuvimos que discutir con nuestros compañeros, explicar por qué cualquiera puede hacer cualquier tarea”, afirmó.
La dirigente también se refirió a los retrocesos a nivel nacional: “Hoy las políticas de género están en la mira del gobierno nacional, que eliminó el ministerio correspondiente. Por eso desde los sindicatos tenemos que cuidar lo que logramos y mantener estas agendas en el centro”, sostuvo.
Tanto Zandueta como Fontana coincidieron en destacar que SOSBA va más allá de la defensa gremial. “No solo peleamos salarios. También nos comprometemos con la política pública del agua. Discutimos cómo deben funcionar los organismos, cómo debe gestionarse el recurso. Porque es un derecho, no una mercancía”, observaron.
“Somos trabajadores del agua y la cloaca. Llevamos salud, llevamos calidad de vida. Somos parte del Estado y sentimos que esta empresa también es nuestra. La defendemos, la cuidamos y trabajamos para que funcione mejor, porque eso también es defender a la comunidad”, concluyeron.