El diácono Roberto Ingeniero, responsable de la capilla Santa María Puertas del Cielo del barrio Nueva York, visitó los estudios de FM Berisso Ciudad para compartir la experiencia de fe, compromiso comunitario y solidaridad que lleva adelante junto a un grupo de vecinos.
Ingenieros recordó que asumió la responsabilidad de la capilla hace casi cinco años, cuando el entonces arzobispo Víctor “Tucho” Fernández le pidió hacerse cargo de un templo que llevaba tiempo cerrado. Lo que encontró fue desolador: “La capilla estaba totalmente desmantelada, hasta el altar se habían llevado. Con la ayuda de algunos sacerdotes, profesionales y vecinos empezamos lentamente a reconstruirla”, dijo.
“Gracias a donaciones y colaboraciones, se colocaron nuevas puertas, se arreglaron veredas y desagües y se pudo volver a abrir la capilla a la comunidad. Hoy, realizamos celebraciones de la palabra y misas mensuales, la capilla se convirtió en un centro de encuentro y ayuda para los vecinos”, agregó.
Uno de los pilares del trabajo es el merendero comunitario, que funciona todos los sábados a las 15 horas y recibe entre 20 y 30 chicos. “No sabemos cuántos van a venir cada semana, a veces 16, a veces 30, pero siempre tenemos algo para darles. Panaderías, pasterías y vecinos nos donan alimentos, y con eso armamos la merienda”, contó.
Incluso, cuando reciben grandes donaciones, como kilos de ravioles o ropa, se reparte en otros merenderos y hogares de la ciudad: “La solidaridad se multiplica, lo que nos sobra lo compartimos”, expuso.
Para Ingenieros, el rol del diácono se resume en el servicio. “El diácono es servidor del altar y del pueblo. Jesús mismo fue social por sobre todas las cosas, se acercó a los que sufrían. Por eso nuestra función es social y espiritual, no se pueden separar”, observó.
El trabajo cotidiano lo conecta con las realidades más duras del barrio. “Me ablanda mucho el dolor de la gente. Rezo con ellos, los acompaño. A veces prestamos cuadros de San Leopoldo de Mandic para que la gente rece en sus casas. La fe sostiene y alivia”, indicó también.
El diácono Roberto reconoció la ayuda recibida por instituciones como Astilleros Río Santiago y colaboradores que trabajaron en la mejora de la capilla como integrantes del Ejecutivo Municipal. “Gracias a la ayuda del ‘Faco’ Pérez, del intendente Fabián Cagliardi. Sin esa ayuda hubiera sido imposible avanzar. Lo más lindo es que vino de ellos, sin que yo lo pidiera”, expresó.
Por otro lado, valoró el rol del Papa Francisco en la renovación de la fe. “El Papa es uno de los nuestros, habla como nosotros y conoce las necesidades del pueblo. Eso acercó a mucha gente a la Iglesia y nos inspira a seguir con este trabajo de servicio en el barrio”, afirmó.
Por último, el responsable de la capilla Santa María Puertas del Cielo expresó su anhelo de que la capilla pueda seguir creciendo. “Sueño con que la capilla se llene de chicos y familias, que podamos dar sacramentos, que sea un verdadero templo nuevo. Pero los tiempos de Dios no son los nuestros. Nosotros seguimos trabajando, con la certeza de que Él siempre camina a nuestro lado”, concluyó.