LA PLATA, Abril 11.-(BerissoCiudad.com.ar) Se sabe desde hace tiempo que los deportes durante la adolescencia están asociados a un montón de beneficios que están más allá de la salud, como un mejor desempeño social y una mayor autoestima. Pero lo cierto es que no estaba comprobado que eso fuera consecuencia directa de la actividad deportiva.

Podía ser también que aquellos chicos que suelen sentirse atraídos por los deportes tuvieran ya de por sí cualidades personales que les permiten superarse en otros terrenos de la vida. Una nueva investigación vino sin embargo a resolver esa duda aportando evidencias de un alcance insospechado.

Los deportes no sólo marcarían una diferencia notable en la vida de los chicos, sino que su impacto positivo llegaría a proyectarse incluso hasta bien entrada la adultez a través de un mejor desempeño académico, una menor tasa de desempleo, una mayor habilidad social y otros beneficios vinculados con la salud.

Si bien esos efectos serían similares para ambos géneros, las evidencias obtenidas hasta el momento se basan exclusivamente en mujeres. ¿El motivo? Son ellas las principales protagonistas de una política implementada durante la década del setenta en Estados Unidos que hoy esta siendo objeto de análisis.

Esa política consistió en destinar fondos federales para que las secundarias y universidades norteamericanas pudieron ofrecerle a las chicas las mismas oportunidades de acceso a los deportes que a los chicos. La medida se puso en marcha en 1972. En 1976 el número de estudiantes mujeres que realizaban deportes se sextuplicó alcanzando ya al 25% de ellas.

Casi cuatro décadas más tarde, cuando las protagonistas de aquel cambio educativo son hoy mujeres adultas, dos equipos de economistas aseguran, en base a estadísticas poblacionales, que los logros y beneficios obtenidos durante sus vidas resultan notablemente mayores que los de aquellas que no participaron del programa.

CIFRAS INSOSPECHADAS

"No es que la gente hace deportes cuando le va bien, sino que los deportes hacen que a la gente le vaya bien", asegura Betsy Stevenson, una economista de la Universidad de Pensilvania que logró establecer una relación causa efecto entre la participación deportiva de las mujeres norteamericanas durante el secundario y los logros que obtuvieron luego tanto en lo educativo como en lo laboral.

De acuerdo con las conclusiones de su investigación, la práctica deportiva en las chicas tiene luego un efecto directo sobre su educación y empleo. De hecho, justificaría una mejora del 20% en la formación educativa y del 40% en el nivel de empleo de millones de mujeres norteamericanas que hoy tienen entre 25 y 34 años.

Otro estudio, realizado de manera independiente por economistas de la Universidad de Illinois, arriba a conclusiones similares al comparar distintos índices de salud de mujeres que estaban en la secundaria durante los setenta -cuando se implementó la medida- con los de la generación anterior.

Al margen de dietas alimentarias y otros posibles factores de incidencia, este segundo estudio sostiene que la práctica de deportiva durante el secundario se asocia a un 7% menos de obesidad entre las mujeres norteamericanas que rondan hoy sus cuarenta años.

Si bien una baja del 7% en las tasas de obesidad parece modesta, ningún otro programa público de salud las ha podido lograr en Estados Unidos.

"NO SORPRENDE"

A Alicia Casamiquela, una pionera del vóley femenino que lleva años entrenando equipos en el Club Gimnasia, los resultados de las investigaciones realizadas en Estados Unidos no la sorprenden para nada. "Me he pasado la vida peleando para que la gente entienda que los beneficios del deporte van mucho más allá de la salud", dice.

"Cuando trabaja con chicos, una es plenamente consciente de que no sólo está formando a un deportista, sino a una persona. La persona y el deportista son una misma cosa. Y el deporte es un medio ideal para aprender un montón de valores como el compromiso, la disciplina, la constancia y la solidaridad; cosas que una vez que se las incorpora son para toda la vida y se proyectan en todos los terrenos, como la educación y el trabajo", asegura.

Algo similar subraya Gabriel Tarducci, magister en Actividad Física para la Salud y director el área de Actividad Física de PROPIA. "Si bien la gente suele pensar que los beneficios de la actividad física son ante todo de orden biológico, existen muchos otros beneficios, que podríamos llamar psicosociales, comprobados por la ciencia".

Entre ellos, "las personas más activas son las que tienen mayor facilidad para formar grupos sociales. Cuando se sale de atrás del televisor y empieza a moverse, uno tienen mayores chances de formar grupos con pares. La gente físicamente más activa es también la socialmente más activa", asegura Tarducci, quien realizó sobre el tema una investigación publicada en la revista Medicina Preventiva Española.

"Aunque empiezan comprobarse recién ahora, son cosas que se saben desde hace por lo menos treinta años: la actividad física tiene efectos sobre el rendimiento general de las personas y no me extraña para nada que marque la vida de los jóvenes con mayores logros en lo educativo y laboral. No por nada, muchas grandes multinacionales promueven la actividad física entre sus empleados: saben que después producen más", cuenta el doctor Alberto Ricart, médico deportólogo y director del Cesalp.

Ajeno a estadísticas e investigaciones científicas sobre el tema, como él mismo reconoce, Patricio Mc Inerny, el presidente de la subcomisión de Hockey del Club San Luis, entiende que no hay misterio en el hecho de que la actividad deportiva ayude luego a los jóvenes en otros aspectos de su vida. Por al contrario, "como sabe cualquiera que haya practicado algún deporte de chico -dice-, el deporte te ordena, te disciplina y, sobre todo, te enseña a sortear obstáculos permanentemente. Parece una pavada, pero son cosas que te marcan toda tu vida".(Fuente: EL DIA)