Luego de cinco años de padecer la problemática vinculada a la fanta de agua, vecinos de calle 15 entre 165 y 166 celebraron la intervención por parte de ABSA en la zona.

Los arreglos comenzaron el pasado martes por la mañana con la instalación de caños nuevos que se lograron destapar a lo largo de media cuadra. Obra que continúa en el día de la fecha con el paso de una mecha sobre calle 15 y 166.

Con respecto a los pedidos y reclamos dirigidos a la empresa prestadora de servicio, los frentistas recordaron que “la mayoría no fueron escuchados”, y que en varias oportunidades pensaron que “nunca iba a llegar una solución concreta”; “claramente nos habías resignado a vivir en estas condiciones, estando en pleno centro de la ciudad”.

“Realmente la pasamos muy mal, no podíamos lavar la ropa, asearnos, cocinar y menos utilizar el agua para el consumo”, describieron. Además, resaltaron que “a quienes más se les complicó fue a los adultos mayores que tenían que trasladar baldes que llenaban con el hilo de las cisternas las cuales no daban abasto”.

“Nos tocó en plena pandemia, donde necesitábamos asearnos para prevenir el virus; y llegamos a fin de año a secas, con calores insoportables”, acotaron, lamentando que “en todo este contexto ninguna autoridad de la ciudad se acercó para ver qué nos pasaba, ni siquiera a dialogar”.

A pesar de todo ello, “hoy tenemos el agrado de contarles que finalmente tenemos agua, y con presión, en nuestros domicilios. Y estamos muy contentos”.

Sobre el final de la nota, aprovecharon la oportunidad de agradecer “a Fiorella, una vecina que llegó un domingo con bidones de agua, sin pedir nada; a los medios de comunicación que siempre nos escucharon y acompañaron; y a los muchachos de la cuadrilla de ABSA, que se portaron de diez con nosotros y trabajan sin parar y son muy respetuosos”.