Fue un jueves intenso para el futbol platense, tanto Gimnasia como Estudiantes debían superar pruebas de fuego para determinar su futuro en el campeonato.

El primer turno fue para el pincha, que debía visitar una cancha donde no está acostumbrado a ganar, el Gigante de Arroyito (sólo una victoria en los últimos 12 partidos allí).                                    

Al comienzo del partido el equipo de Zielinski se encontró cómodo y superior a Central. Llegó al gol rápidamente, a los 13 minutos, tras un córner pasado que derivó en los pies de Manuel Castro el cual luego de una gambeta colocó otro centro para que Mauro Boselli conecte de cabeza superando la mala salida del arquero Braun.

El gol tempranero descolocó al equipo local, el partido era claramente controlado por Estudiantes.

La historia fue distinta en el segundo tiempo. El equipo de Tevez salió decidido a buscar el empate con cambios en el frente de ataque. Como contrapartida el Ruso realizó un polémico cambio a los 15 del ST: el ingreso de Nehuen Paz por Zapiola y la vuelta a la línea de 5. Esta decisión hizo que el equipo se retrase en el campo tempranamente y juegue de contraataque.

Los rosarinos se adelantaron en el terreno de juego y llenaron de centros el área de Estudiantes durante todo el segundo tiempo hasta que recién ingresado el tiempo de descuento llegó el tan anunciado empate. Franco Frías fue el verdugo, a los 46 minutos, que selló la igualdad definitiva.

Un punto que aleja al pincha de la zona de pelea por la clasificación a la Copa Libertadores y deja una gran incertidumbre por el flojo rendimiento del equipo, sobre todo de visitante donde solo ha conseguido una victoria en este campeonato, en la fecha 2 ante Aldosivi.

Totalmente opuesto era el panorama en el Bosque, donde a las 21:30 se congregaban los hinchas de Gimnasia para ver si su equipo podía alcanzar la tan ansiada punta del campeonato luego de desperdiciar la oportunidad el pasado domingo en Rosario.

El rival era el irregular Arsenal de Leo Madelón, que se plantó en un primer tiempo trabado, más luchado que jugado. Las alegrías para el pueblo tripero llegaron en la segunda parte. A los 3 de la etapa final, luego de una serie de rebotes, la pelota cayó en los pies del paraguayo Ramón Sosa y con un derechazo que se clavó junto al palo izquierdo del arco de la tribuna de 60, hizo estallar las gargantas de las más de 25 mil personas que acompañaron al Lobo.

Pero había más, a los 9 la iba a encontrar el recién ingresado Nicolas Colazo para engancharla de afuera del área, y luego de un rebote y un efecto inusual, la coló por detrás del arquero Medina para gritar el segundo y liquidar la historia.

A partir de ahí el equipo de Gorosito se limitó a aguantar y esperar que pasen los minutos ya que su rival no presentó graves peligros. De esta forma, Gimnasia se coloca en lo más alto de la Liga Profesional pasadas 19 fechas y se permite soñar. Falta mucho, pero este equipo hoy está más ilusionado que nunca.